Grupo Diarios de América
Ciudad de México. Los carteles mexicanos de la droga, que mantienen una violenta ofensiva contra el gobierno de México y representan “la mayor amenaza de delincuencia organizada en Estados Unidos”, han extendido su poderío a 16 países de América Latina, de acuerdo con reportes de inteligencia estadounidenses que incluso ubican la operación de estas organizaciones criminales en otros continentes.
Investigaciones periodísticas documentan que en este mapa de influencia los narcos mexicanos también tienen una presencia creciente en Venezuela, República Dominicana y Costa Rica, como rutas obligadas, vía aérea, para el trasiego de remesas que producen los narcóticos.
Un informe del Departamento de Justicia de Estados Unidos, con datos del Centro de Inteligencia Nacional de Drogas (NDIC) y de la Agencia Antinarcóticos (DEA), elaborado en el 2009, revela que los narcotraficantes mexicanos operan lo mismo en Alaska, que en Buenos Aires, Argentina, o Sidney, Australia.
Los carteles de Sinaloa y del Golfo-Zetas están clasificados por el gobierno estadounidense como las organizaciones que más han ampliado sus centros de operación en países de la región.
Con menor presencia se reporta al cartel de Tijuana, en cinco países latinoamericanos. Las células del cartel de los hermanos Beltrán Leyva se han detectado en Guatemala y Colombia, las únicas dos naciones en las que operan todos estos grupos delictivos, mientras que el cartel de Juárez se ha asentado en Argentina.
Territorios bajo control. La organización del cartel de Sinaloa, que lidera Joaquín El Chapo Guzmán, ha tenido una mayor capacidad de extender sus actividades delictivas en países latinoamericanos: está presente en 12 naciones, de acuerdo con el reporte de inteligencia de Estados Unidos.
Además de ese informe, autoridades de Venezuela, República Dominicana y Costa Rica confirmaron la presencia de actividad criminal de esta organización en su territorio, como parte de sus planes de “internacionalización”.
Su fortaleza en México, donde tiene influencia en 17 estados, le permitió ganar terreno en 80 ciudades estadounidenses en la última década, desplazando incluso a los colombianos en el mercado de las drogas, lo que le abrió las puertas para realizar transacciones directas con proveedores como la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), sin intermediarios.
Sus actividades delictivas se han extendido también a otras latitudes como España, Alemania, Francia, Suiza, Italia y Australia, aliándose con grupos de narcotraficantes locales.
El cartel del Golfo y su brazo armado, Los Zetas, bajo la jefatura de Heriberto Lazcano, El Lazca , y Miguel Ángel Treviño Morales, L-40 , son los más fuertes rivales del cartel de Sinaloa (también llamado del Pacífico), por lo que la disputa por el control de territorios también se ha dado en países de América Latina. Este grupo tiene presencia en 10 naciones.
Esta organización, considerada la más violenta por recurrir a ejecuciones y al secuestro de sus enemigos, tiene centros de operación en 13 estados mexicanos. En Estados Unidos ha optado por la estrategia de alianzas con pandillas locales en 43 ciudades.
Además, ha ampliado la empresa criminal a países europeos como España, Italia y Portugal.
El cartel de Tijuana, negocio familiar de los Arellano Félix, a pesar de la captura de sus jefes más importantes continúa con una segunda generación de narcotraficantes liderada por Luis Fernando Sánchez Arellano, hijo de la operadora financiera de la organización, Enedina Arellano Félix. Son los encargados de mantener la presencia del grupo en cinco países latinoamericanos.
A pesar de los golpes que ha recibido, mantiene sus zonas de influencia en 15 estados del territorio nacional y en 17 ciudades estadounidenses.
La estructura del cartel de los Beltrán Leyva, a pesar de que se independizó del cartel de Sinaloa en enero del 2008, bajo la batuta de Héctor Beltrán, ha logrado posicionarse en Guatemala y Colombia. En México tiene actividades en 11 ciudades, y en 36 de Estados Unidos con el mercado de las metanfetaminas. Aún no tiene operaciones en otros continentes.
Rastro en Argentina. En este mapa regional de la influencia de los narcotraficantes mexicanos en el exterior, la DEA no tiene registro de la presencia del cártel de Juárez, de los Carrillo Fuentes, en América Latina, pero una investigación en Argentina documenta que este grupo se posicionó en el mercado de la efedrina, para proveerse de este precursor químico y producir metanfetaminas que distribuye en Suramérica.
Además ha ampliado sus operaciones a Europa, por lo que el control de la ruta desde el cono sur hacia ese continente es clave para el cartel.