El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, censuró en su discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), la supuesta intromisión de los “países ricos” en las decisiones internas de su nación.
Las palabras del mandatario se dieron en un contexto de críticas, luego de que anunciara que se postulará a la reelección, pese a que esto es inconstitucional.
Bukele criticó que “nuestro destino siempre fue controlado por otros”, y añadió que la soberanía salvadoreña “no es respetada por países que tienen muchísimo más territorio que nosotros, muchísimo más dinero y muchísimo más poder (...) y, que piensan, incorrectamente, que son dueños de nuestro país”.
Con metáforas, aludió a “países ricos”; sin embargo, nunca especificó a cuáles países se refería ni a qué tipo de irrespetos o intromisiones hacía alusión.
Bukele aseguró que “el vecino pobre” (El Salvador) tiene derecho de “limpiar su casa”, en una referencia a las supuestas medidas de castigo que ha implementado contra las pandillas, y que fueron criticadas por organizaciones como Amnistía Internacional (AI). Dicho órgano denunció detenciones masivas sin condiciones legales y torturas, así como constantes violaciones a los derechos humanos en El Salvador.
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“El vecino rico no tienen ninguna autoridad para exigirle al vecino pobre que regrese al pasado”, aseguró el presidente salvadoreño. Además, comentó que lo que hace “el vecino pobre”, es decir, El Salvador, “está funcionando por primera vez”.
Bukele se atribuyó “logros” como que El Salvador “está en camino de ser el país más seguro de América”, o que “acabó con el crimen organizado”, esto pese a que fue la ruptura de acuerdos entre el gobierno bukelista y las pandillas lo que desencadenó una ola de asesinatos, según reportó el medio salvadoreño El Faro. El Ejecutivo habría negociado con al menos tres pandillas.
Precisamente, fue dicha ola de asesinatos la que motivó una política de “mano dura” contra las pandillas por parte de Bukele, incluyendo un régimen de excepción aprobado por una Asamblea Legislativa dominada por el oficialismo. Dichas tácticas fueron calificadas por analistas como una muestra de la predilección de Bukele por el “autoritarismo como forma de gobierno”.
El discurso del presidente salvadoreño antes la ONU finalizó con una crítica a “un formato en el que ya no creo”, en referencia a la Asamblea General de la organización. “Tal vez el cambio del mundo unipolar al mundo multipolar sea mejor si, en lugar de pasar a ser varias superpotencias, pasemos a ser un mundo donde cada pueblo es verdaderamente libre de construir su camino”, justificó.
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