Guatemala enfrenta una aguda crisis política a menos de un mes de la toma de posesión de Bernardo Arévalo. A pesar de un fallo de la Corte Constitucional que ordena la transición presidencial el próximo 14 de enero, persisten voces que señalan que la gestación de un “golpe de Estado” continúa.
Este escenario genera preocupación en la región, evidenciada por protestas dentro de Guatemala, llamados de diversos países y organizaciones internacionales, y manifestaciones de activistas de derechos humanos en embajadas guatemaltecas de países como Colombia, Ecuador, Perú, Argentina, Honduras, El Salvador y Bélgica.
La Nación conversó con dos expertos en política para analizar la situación en Guatemala y anticipar posibles desarrollos en la toma de posesión de Arévalo. Uno de ellos es Juan Diego Godoy, periodista, analista político y escritor, y el otro es Max Santa Cruz, analista político guatemalteco.
¿Qué sucede en Guatemala?
Durante meses el partido Movimiento Semilla, Bernardo Arévalo y sus colaboradores enfrentan una serie de acusaciones por parte de la Fiscalía guatemalteca, en un intento por socavar las elecciones en las que el sociólogo de 65 años fue electo para reemplazar a Alejandro Giammatei.
Godoy explica que el Ministerio Público “sale de la nada con casos de corrupción”, desde que se conocieron los resultados. Incluso manejan varios casos, entre ellos el de firmas falsas, financiamiento no reportado y elecciones nulas.
Este último cuestiona al Tribunal Supremo de elecciones, afirmando que las actas fueron alteradas con otros números. Pero Juan Diego afirma que muchas personas descargaron las actas originales y coinciden con los resultados, muestra de que “no hubo fraude”.
En medio de estos señalamientos, la Corte Constitucional afirma que la toma de posesión de Bernardo Arévalo sucederá independientemente de las investigaciones que existan en ese momento.
¿Por qué la insistencia de la Fiscalía?
Máx Santa Cruz describe estas constantes situaciones como “una cuestión de oportunismo político en la defensa, tal vez de lo que yo en algún momento he llamado como una dictadura de sistema para mí es la que se mueve sin importar quiénes son los actores pero en función del interés de preservar un aparato que funciona para los objetivos específicos de un grupo de personas”, señala.
Aunado a esto, Gody también considera que es parte de una estrategia del actual gobierno, ante el fracaso en las elecciones presidenciales.
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“Yo creo que el peso es que en este gobierno que acaba de pasar hubo tanta corrupción y tantos favores dentro de los círculos de poder que estaban condicionados a que se mantuviera el régimen (...) el gran problema y la persecución que se ve es simplemente una respuesta desesperada a una estrategia política que salió mal”, explica.
Esto porque el actual partido de gobierno alcanzó ganar las alcaldías y la asamblea pero la elecciones más importante, la presidencial; fue un fracaso.
“Es parte de una estrategia, que va mucho con la personalidad del presidente actual de Giammattei y de su círculo cercano, son personas que piensan muy todo o nada y que van a por todo y una vez ya han tenido tanto poder, pues perder un poquito de poder es es una locura para ellos”, añade Godoy.
Retos de Bernardo Arévalo
El 14 de enero será el día clave: La toma de posesión.
De no suceder, para lo cual existen mínimas posibilidades según los expertos, ahí se podría hablar de un verdadero “golpe de Estado”, y las alarmas se levantarán como previamente lo había señalado a este medio la representación estadounidense en la Organización de los Estados Americanos.
De no tomar Arévalo, seguiría Karin Herrera, vicepresidenta electa en la fórmula de Semilla. Pero si ambos quedan inhabilitados, la Asamblea de ese país deberá escoger un presidente temporal y hacer un nuevo llamado a elecciones.
Ahora bien, el panorama con mayores posibilidades es que Bernardo Arévalo sí tome el poder y una vez allí, Max señala algunos retos que deberá enfrentar, uno de los es quitarse la sombra de su padre y lograr acoplar su gobierno desde varios sectores.
“Tiene que representar un gobierno de unidad nacional, tiene que sentarse a hablar con todos los sectores; los que le gustan y los que no para construir país. Tiene tres opciones para sostener su gobierno: 48 cantones (...), sector privado con sus imperfecciones (...) y el crimen organizado porque uno decide con quien quiere estar”, analiza Santa Cruz.
Y desde su punto de vista considera que Arévalo sabrá llegar a esos 48 cantones que ganó el gobierno anterior y conversar con el sector privado.
“Tendrá que ser un gobierno de transición, no de cambios profundos”, finaliza Santa Cruz.