La Asamblea Legislativa de El Salvador, con mayoría de aliados al presidente Nayib Bukele, aprobó una polémica reforma que permite cambios en la Constitución, vigente desde 1983. La reforma fue aprobada este lunes con los votos de 66 de los 84 diputados del Congreso unicameral.
“Fue una reforma al Artículo 248 de la Constitución, este es un artículo que regula el procedimiento para reformar la Carta Magna (...) Parece que es inconstitucional porque el procedimiento de cambio está dentro de las cláusulas de la Constitución que no pueden ser reformadas”, explicó Abraham Abrego, Director de Litigio Estratégico de Cristosal, una organización vigilante de los derechos humanos y la promoción de la democracia, que condenó la decisión de precipitada e inconsulta mediante un comunicado.
Con la reforma introducida, ahora se incluye que una misma legislatura podrá ratificar los cambios de la Constitución “con el voto de tres cuartas partes” de los diputados, que serán 60 en el próximo Congreso que asume este miércoles; lo que fue criticado pues puede ser la consumación de poder del presidente Bukele en la Asamblea.
“Afectan sustancialmente el Estado de Derecho y el modelo democrático”, ya que la Asamblea Legislativa decidirá cómo y cuándo hacer las reformas, restándole voz a la población dentro de la discusión, lo que Cristosal llamó la vulneración de un pilar democrático: el diálogo ciudadano.
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La principal crítica señala la falta de mecanismos que previamente la Sala Constitucional de ese país estableció, entre ellas fases de diálogo y deliberación pública del decreto.
“Los requisitos de la Sala eran más que todo para garantizar que la población conozca la reforma, de su opinión con un proceso de diálogo y deliberación previa a su aprobación”, señala Abrego.
Además, la institución que representa dijo por medio de un comunicado oficial que “una reforma a la Constitución debe ser discutida ampliamente por toda la sociedad y no aprobarse en una plenaria con dispensa de trámite”.
Por otro lado, hace hincapié en que esta medida permitirá “manipular” la Constitución en repetidas ocasiones y restando derechos de voto a la ciudadanía. “Esta acumulación de poder deja a los salvadoreños y salvadoreñas sin defensa ante abusos por parte del Estado y a expensas de un partido político”, señala Cristosal.
Esto en referencia a que en la nueva legislatura el partido de Bukele (Nuevas Ideas) tendrá 54 de los 60 diputados, otorgando el suficiente poder para aprobar resoluciones.