Humberto Ortega, hermano del dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, no se libró de las consecuencias de hacer comentarios sobre el líder del régimen. Como él mismo reveló en una entrevista al medio argentino Infobae, no lo protege compartir lazos de sangre, pues dijo que, de faltar su hermano, no hay un sustituto.
A las nueve de la noche del domingo 19 de mayo, un contingente policial cercó la casa del exjefe del Ejército de Nicaragua, informó el diario El País, de España. Los oficiales que irrumpieron en la vivienda, ubicada en carretera a Masaya, lo despojaron de sus celulares, computadoras y lo conminaron a asistir este lunes a un citatorio policial en la sede de la Policía Nacional. “No está detenido, ni en casa por cárcel, pero debe comunicar cualquier movimiento que vaya a realizar”, le advirtieron finalmente al hombre, considerado como una persona de mucha influencia entre los militares nicaragüenses y las filas sandinistas, agregó El País.
LEA MÁS: Nicaragua niega confiscación de propiedades y dice que ‘las recuperó legalmente’
Durante años, Daniel y Humberto mantuvieron una relación inestable, con continuos desacuerdos. El actual mandatario llamó “traidor” e “instrumento de los Estados Unidos” a su hermano. Sin embargo, cuando este tuvo complicaciones de salud se conoce que lo visitó. Por otro lado, Humberto niega ser un enemigo del régimen pero sí tiene ideas diferentes.
“No estoy ni en favor ni en contra del gobierno del presidente Daniel Ortega, ni en contra ni en favor de las fuerzas opositoras. Estoy en los esfuerzos por mis ideales para una Nicaragua democrática y en paz. Mi ética y moral de un antiguo luchador de nobles utopías me obliga en el esfuerzo por ayudar a mi patria a salir de la profunda crisis política que nos agobia, y que retrasa el desarrollo más potente del país.”, explicó Humberto a Infobae.
El mayor de este binomio orteguista es Daniel con 78 años y le sigue Humberto con 77. Durante los años 80 gobernaron juntos, el primero como presidente y el otro como jefe del ejército. Esta situación quedó en el pasado tras la salida del ejército de Humberto en 1995.
¿Elecciones?
Humberto Ortega asegura que, cuando su hermano falte, no existirá una persona que pueda asumir ese cargo y, por lo tanto, habrá elecciones.
“Cuando hay un poder de tipo autoritario, dictatorial como el actual, que depende muchísimo de la figura de un líder que ejerce la presidencia, ante la ausencia de este, es muy difícil que haya una continuidad del grupo de poder inmediato. ¿Por qué razón? Porque la misma tendencia autoritaria, personalista, verticalista de mandar, ha castrado las correas de trasmisión del partido. El partido actualmente no tiene repuesto”, apuntó.
Agregó: “Sin Daniel no hay nadie, porque, con todo y todo, Daniel es el único líder, histórico, que aún conserva los créditos de esa lucha. Sin Daniel veo muy difícil que haya unos dos o tres que se junten. Mucho menos uno en particular, y más difícil en la familia. Hijos que no han tenido el acumulado de una lucha política. Ni Somoza pudo establecer a su hijo. Con la ausencia de Daniel sería muy frágil sostener todo lo que hasta ahora ha logrado sostener con gran esfuerzo y con enormes complejidades. No solo a nivel interno, sino también con las fuerzas aliadas de las izquierdas y los gobiernos de la región. Al único que conocen es a Daniel”. Se le preguntó por Rosario Murillo, la esposa del mandatario y actual vicepresidenta: “Nadie. Nadie. No quiero mencionar a nadie en particular”, dijo.
Precisó que si Daniel Ortega fallece, primero habría un enorme desconcierto e imposibilidad de que pueda asumir un poder sólido de la parte civil del gobierno y del partido sandinista. El único que podría resolver ese vacío con el fin de que no haya anarquía y caos, sería el Ejército, en coordinación con la Policía Nacional. En ese caso, añadió, habría que buscar una salida a corto plazo, a un año, o menos, para convocar a un proceso electoral “ya sea el programado para el 2026″.
LEA MÁS: Estados Unidos impone nueva batería de sanciones sobre régimen de Daniel Ortega
El medio suramericano le consultó a Humberto si el hecho de ser familia lo exime de riesgos.
“Que seamos hermanos de sangre no quiere decir que este agrupamiento que dirige Daniel no haya tenido y tenga enormes malestares con un hombre como yo. Ha habido algunos que han llegado a pensar en eliminarme. De Daniel nunca lo he sabido, pero sí de gente que está con él.
“Yo lo sé. Que te pueden envenenar, te pueden dejar ir un furgón en la carretera… Esas cosas pueden pasar. ¿Me pasaron? Pues ni modo, hasta ahí llegué”, dijo.
En repetidas ocasiones, defendió a su hermano diciendo que “no es un asesino” y que confía en que esos pensamientos no pasen por su mente, a pesar de que reconoció que buscar su muerte “es fácil”.
Infobae indicó que tras su salida del Ejército, en 1995, Humberto Ortega, “de quien se presume maneja negocios millonarios”, se dedicó a escribir libros de historia y promover lo que él llama “centrismo humanista”, una corriente de pensamiento que define como acercar posiciones para “contraer acuerdos en beneficio de todos”.