En medio de la persecución religiosa de la dictadura Ortega-Murillo contra la iglesia católica, el régimen a través de las autoridades de Migración y Extranjería negó la entrada al país al sacerdote Guillermo Blandón, párroco de la iglesia Santa Lucía de Boaco.
Blandón venía de Israel y la noticia la recibió en el aeropuerto de Miami. “La dictadura de Nicaragua le niega la entrada al país a otro sacerdote nicaragüense”, comunicó monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, quién se encuentra exiliado en Miami.
⛔️ ¡La dictadura de #Nicaragua niega la entrada al país a otro sacerdote nicaragüense! Acabo de hablar con el P. Guillermo Blandón, párroco de la Iglesia Sta. Lucía de Boaco, diócesis de Granada. Venia de Israel y en el aeropuerto de Miami le comunicaron que no podía viajar. pic.twitter.com/ALFUqBe3Z7
— Silvio José Báez (@silviojbaez) September 27, 2022
El pasado 13 de setiembre, también le fue impedido el ingreso al país al sacerdote nicaragüense Juan de Dios García, quién regresaba de Estados Unidos, donde visitó a su familia después de tres años sin verlos.
El padre Juan de Dios era el vicario de la parroquia Santo Cristo de Las Colinas, en Managua, donde monseñor Rolando Álvarez se refugió cinco días el pasado mes de agosto, antes de ser detenido.
El obispo José Canales de la Diócesis de Danlí, Honduras, indicó a La Prensa de Nicaragua que un grupo de al menos 50 sacerdotes nicaragüenses solicitó refugio a Honduras y Costa Rica, ante los constantes actos de represión y hostigamiento del régimen de Daniel Ortega contra su labor religiosa.
“He tenido intercambios vía electrónica con algunos sacerdotes que están en situación de riesgo en Nicaragua y ellos mismos me han hablado de otros compañeros, un cálculo que yo hago de 50 sacerdotes, están con la idea de salir del país, porque ya no soportan el acoso”, explicó el obispo.
Actualmente, el régimen de Ortega mantiene bajo arresto domiciliario al obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez. Además, siete religiosos están presos en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como el nuevo Chipote.
En este centro, dos sacerdotes fueron condenados por supuestos delitos comunes, en un contexto de ataques contra la iglesia católica. A la fecha, el Gobierno de Ortega tiene a más de 190 personas presas, entre ellos sacerdotes, estudiantes, mujeres líderes, candidatos a la presidencia, campesinos, quienes se proclaman ‘inocentes’.
Ortega gobernó por primera vez el país entre 1979 y 1990. Perdió las elecciones ese año ante una coalición de derecha y retornó al poder en 2007, donde se mantiene luego de reelegirse en tres períodos consecutivos.