Ciudad de Panamá. Las deportaciones de migrantes que cruzan la selva del Darién son inminentes. EE. UU. y Panamá están ultimando detalles para implementar vuelos chárter y comerciales que faciliten estas deportaciones.
La funcionaria estadounidense Marlen Piñeiro advirtió que las deportaciones y expulsiones de migrantes que ingresen a Panamá a través de la selva del Darién comenzarán pronto. Este corredor migratorio se convirtió en una ruta crucial para miles de personas que buscan llegar a Estados Unidos desde Suramérica.
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“Ya hemos visitado todos los aeropuertos [...], hemos visitado el Darién, hemos visitado lugares donde vamos a tener las personas, también hemos hablado con las aerolíneas, los contratistas, y estamos ya en los detalles finales”, explicó Piñeiro.
“Nosotros en este momento todavía seguimos negociando [con Panamá], pero el enfoque de este programa es deportaciones y expulsiones”, agregó en una rueda de prensa en la capital panameña.
Piñeiro declaró que Estados Unidos está trabajando de cerca con Panamá para establecer vuelos chárter y comerciales que deporten a los migrantes en grandes cantidades. “Estamos trabajando muy de cerca [con Panamá] y muy agresivamente para establecer vuelos chárter que van a ser números grandes, vuelos comerciales que van a ser números grandes”, señaló. Aunque no se ha dado una fecha exacta, la funcionaria destacó que “ya es inminente que vamos a empezar” con las deportaciones.
Panamá y Estados Unidos firmaron un acuerdo el 1.° de julio, mediante el cual Washington aportará seis millones de dólares para financiar el programa de deportaciones. En 2023, más de medio millón de personas cruzaron esta peligrosa selva.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, descartó recientemente repatriar “a la fuerza” a los migrantes, aunque aclaró que la intención de la mayoría de ellos es llegar a Estados Unidos. “La gente no se quiere venir a quedar en Panamá, la gente quiere ir a Estados Unidos, y si ese tema se nos vuelve una situación, que puede pasar de poco o mayor grado, pues para allá irán”, afirmó Mulino.
Las autoridades panameñas han cerrado varios senderos utilizados por los migrantes, dirigiéndolos hacia puestos de migración y aduana. En estos puestos también hay funcionarios de organismos internacionales que asisten a los migrantes, antes de que aborden autobuses para seguir su viaje hacia Costa Rica.
Piñeiro expresó el deseo de que la selva del Darién vuelva a ser un parque nacional y no una ruta migratoria, subrayando la necesidad de reducir el número de migrantes que cruzan por esta peligrosa zona. “Obviamente nosotros queremos que los números [de migrantes] disminuyan al punto de que la selva regrese a ser una jungla, un parque nacional, y que no sea una ruta” migratoria, indicó Piñeiro.