San Salvador. El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, gran favorito a la reelección en los comicios que se celebraron este domingo, aseguró que sanó a su país del “cáncer” de las pandillas y abogó por mantener el estado de excepción vigente desde hace casi dos años.
Minutos antes de que concluyeran las elecciones presidenciales y legislativas a las 5:00 p. m., Bukele rechazó las críticas de organismos de derechos humanos al régimen de excepción, al señalar como “errores” la detención de miles de inocentes.
El actual presidente tomó el micrófono minutos antes del cierre de las urnas y, en 20 minutos que duró su conferencia, llamó dos veces a votar. Algunos periodistas denuncian que violó el silencio electoral
Julia Navarrete, periodista del diario digital El Faro, cuestionó el silencio del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).
En menos de 20 minutos, Nayib Bukele llamó dos veces al voto violando el silencio electoral. Lo hizo en conferencia de prensa, televisada, transmitida en redes sociales, y sin que haya un pronunciamiento del @TSEElSalvador al respecto.
— Julia Gavarrete (@PetizaGavarrete) February 4, 2024
“En menos de 20 minutos, Nayib Bukele llamó dos veces al voto violando el silencio electoral. Lo hizo en conferencia de prensa, televisada, transmitida en redes sociales, y sin que haya un pronunciamiento del TSE”, escribió en su perfil en la red social X.
También lo hizo la comunicadora Wendy Monterrosa, del medio Voz Pública. Ella catologó la intervención del mandatario “como una irregularidad más en este proceso electoral, ante el silencio del TSE”.
Guerra ante pandillas, la bandera de Bukele
"Cambiamos la capital mundial del asesinato, el país más peligroso del mundo en el país más seguro del hemisferio occidental y la única manera de hacerlo es detener a todos los asesinos", afirmó en conferencia de prensa, después de votar.
El mandatario defendió que El Salvador tenga la tasa de encarcelamiento más alta del planeta y afirmó que todas las policías cometen errores.
Tras un sangriento fin de semana con 87 muertos, Bukele impuso un estado de excepción que suma casi 76.000 detenidos y redujo a mínimos históricos los asesinatos (oficialmente 2.4 por cada 100.000 habitantes en 2023) en el que antes fue el país con mayor índice de violencia criminal del mundo.
"El Salvador estaba con metástasis, pero hicimos cirugía, estamos en radioterapia, y vamos a salir sanos ya sin el cáncer de las pandillas", manifestó el mandatario, de gorra blanca, jeans y camisa celeste, color de su partido Nuevas Ideas.
Pero organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch denuncian arrestos arbitrarios, torturas y muertes en prisión. Unas 7.000 personas inocentes fueron liberadas, pero muchos siguen encarcelados sin poder comunicarse con sus familiares.
Bukele, expublicista de 42 años y quien goza de una abrumadora popularidad del 90%, no tiene adversarios de peso que amenacen su segundo mandato, por lo que pidió, más que votos para él, para el Congreso de 60 escaños, donde espera mantener la supermayoría calificada.
"Es importante que votemos para garantizar que tengamos una Asamblea Legislativa que pueda continuar aprobando el régimen de excepción", manifestó.
Unos 6.2 millones de salvadoreños (740.000 en el exterior), estuvieron llamados a votar en estas elecciones vigiladas por miles de militares y policías, y por primera vez bajo estado de excepción desde que acabó la guerra civil en 1992.
Primera vez que el país tiene “democracia”
Bukele, de ascendencia palestina y quien se burla de sus críticos que le llaman "dictador", controla, además del parlamento, la justicia y el resto del aparato estatal.
"Nosotros no estamos sustituyendo la democracia, porque El Salvador jamás tuvo democracia, por primera vez en la historia que El Salvador tiene democracia, y no lo digo yo, lo dice el pueblo", aseguró.
Magistrados renovados por ese Congreso interpretaron la Constitución a su favor y, pese a estar prohibida la reelección, le permitieron postularse de nuevo, lo que analistas y opositores consideran inconstitucional.
"No creo que una reforma electoral sea necesaria", dice Bukele, el presidente más popular de América Latina según una encuesta regional, sobre su reelección y un eventual tercer mandato.
La oposición está en serios aprietos. Sus cinco candidatos apenas aparecen en las encuestas, incluidos el del izquierdista Frente Farabundo Martí (FMLN), Manuel Flores, y de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), Joel Sánchez.
"Tendrá suficiente tiempo para consolidar una dinámica de partido hegemónico", comentó el politólogo Álvaro Artiga, de la Universidad Centroamericana (UCA).
Viene la “prosperidad”
Este milenial asiduo en las redes sociales, que viste jeans y jersey, de barba bien cuidada y pelo engominado, llegó al poder en 2019 con 53% de los votos prometiendo "cambio" a una población harta del bipartidismo Arena-FMLN que no resolvió los problemas de inseguridad y pobreza.
"Ahora es nuestro tiempo para salir adelante. Ahora lo que viene para El Salvador es un período de prosperidad porque ya no hay un freno para poner un negocio, ya no hay freno para estudiar, ya no hay freno para trabajar, ya no hay freno para el turismo", dijo el presidente en la rueda de prensa.
Un 29% de los 6.5 millones de salvadoreños que viven en el país son pobres, según la Cepal, y muchos siguen emigrando a Estados Unidos en busca de trabajo. Unos 3 millones viven en el exterior y envían remesas por $8.000 millones anuales, vitales para la población local.
Aún con todo y su popularidad, el presidente no logró que los salvadoreños usaran el bitcóin que en 2021 impuso como moneda de curso legal en una economía dolarizada, según él, para dinamizarla.
Con entre cinco y siete millones de seguidores en las redes X, Tiktok, Instagram y Facebook, Bukele, padre de dos niñas, promociona también megaproyectos y el turismo en “el país más seguro de América Latina”.