Managua. La prensa nicaragüense informó este viernes de que, luego de 16 días de asedio, la Policía Nacional asaltó la Curia de Matagalpa y secuestró al obispo Rolando Álvarez, quien se encontraba en ese lugar junto con otros cinco sacerdotes y tres laicos.
De acuerdo con el diario local La Prensa, la acción policial ocurrió hoy a eso de las 3 a. m. y en este momento se conoce el paradero de Álvarez, quien ha mantenido una postura crítica contra el régimen de Daniel Ortega.
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“Fuentes ligadas a La Prensa, informaron de que, tras el asalto a la curia episcopal, la Policía secuestró a todas las personas que se encontraban en el lugar, incluyendo al obispo Rolando Álvarez”, cita la nota.
La alerta de este hecho también llegó desde el perfil en Facebook de la diócesis matagalpina, que a eso de las 3:20 a. m. anunció: “¡Urgente!, en estos momentos la Policía Nacional ha ingresado a la Curia Episcopal de nuestra Diócesis de Matagalpa!”.
La Iglesia católica de Nicaragua suma su segunda detención en cuatro días. El 15 de agosto anterior, se informó sobre la captura del sacerdote Óscar Danilo Benavidez, encargado de la parroquia Espíritu Santo, del municipio de Mulukukú, en el Caribe norte de ese país.
Benavidez habría sido interceptado por agentes de la Policía Nacional la tarde del domingo, cuando salía de oficiar una misa en la parroquia La Asunción.
“La parroquia ya había quedado sola, el padre iba saliendo con el conductor y en la vuelta le hicieron un operativo, lo rodearon tres camionetas llenas de antimotines. Bajaron al sacerdote y dejaron al conductor”, declaró una fuente a La Prensa, bajo la condición de anonimato por temor a sufrir represalias.
La aprehensión la confirmó la Diócesis de Siuna, a la que pertenece la parroquia del presbítero Benavidez. “Desconocemos las causas o motivos de su detención, esperamos que las autoridades nos mantengan informados”, indicó la Iglesia en un comunicado.
“Qué indignante, se han llevado a Monseñor Rolando Álvarez, con los sacerdotes que estaban con él. Basta ya de tanto silencio!, hablen quienes tienen que hablar y dar la cara, a eso se le llama pecado de omisión”, dijo el sacerdote Edwing Román, exiliado en Miami, en redes sociales. “Sucedió lo que era evidente que iba a suceder. Es la detención arbitraria y abusiva del monseñor Álvarez”, comentó por su parte, también desde Miami, el defensor de derechos humanos Pablo Cuevas.
Álvarez, obispo de Diócesis de Matagalpa, norte del país, estaba retenido en la curia junto a una decena de personas desde el pasado 4 de agosto. La Policía sitió la curia días después de que Álvarez denunciara el cierre por parte de las autoridades de cinco emisoras católicas y reclamara respeto al gobierno de Daniel Ortega respeto a la “libertad” religiosa.
Las autoridades anunciaron que la Diócesis de Matagalpa es investigada por intentar “organizar grupos violentos” e incitar al “odio” para “desestabilizar al Estado de Nicaragua”. El prelado el jueves: Nosotros estamos en las manos de Dios”.
Al momento del allanamiento, en medio de la oscuridad de la noche, hubo un repique de campanas que habría alertado a los feligreses de lo que acontecía, según un video difundido en las redes sociales. La retención del obispo ocurrió en medio de los roces de la Iglesia con el gobierno de Ortega, un exguerrillero de 76 años que se mantiene en el poder desde el 2007, amparado en tres reelecciones sucesivas.
La última fue en noviembre del 2021, con sus opositores presos o exiliados y en medio de cuestionamientos internacionales. El presidente acusa a los obispos de “golpistas” por apoyar las protestas opositoras que pidieron su dimisión en el 2018.
En medio de la crisis, la Iglesia intentó en el 2018 y el 2019 mediar un diálogo entre el gobierno y la oposición. El mandatario reprochó a los obispos haber acogido una propuesta opositora que buscaba resolver la crisis adelantando los comicios del 2021 para recortar su período presidencial.
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Desde entonces, las relaciones han ido en deterioro. Este año hubo cierre de medios católicos, entre ellos el canal de la Conferencia Episcopal, y la reciente detención del sacerdote Oscar Benavidez, sin que se conozcan las razones.
También se ilegalizó a la Asociación Misioneras de la Caridad, de la orden de la madre Teresa de Calcuta, que abandonó el país en julio. En marzo ya había sido expulsado al nuncio apostólico, Waldemar Sommertag, quien participó en el 2019 en las negociaciones entre gobierno y la oposición.
El miércoles, 26 exjefes de Estado o gobierno de España y América Latina publicaron un llamado al papa Francisco —que no se ha manifestado en público sobre la situación— a adoptar “una firme postura de defensa del pueblo nicaragüense y su libertad religiosa”.
La “primitiva dictadura de los Ortega-Murillo” (en alusión a su esposa y vicepresidente Rosario Murillo) avanza “hacia la persecución de los líderes episcopales católicos, los sacerdotes y las religiosas”, deploran los estadistas de tendencia conservadora, entre ellos José María Aznar (España), Iván Duque y Alvaro Uribe (Colombia) o Luis Lacalle Herrera y Julio María Sanguinetti (Uruguay).