El exrepresentante de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Arturo McFields, aseguró que la idea del presidente electo de Costa Rica, Rodrigo Chaves, de nombrar un embajador en Managua sería dar un “reconocimiento absoluto” al Gobierno nicaragüense.
Durante la primera conferencia de prensa como mandatario electo, Chaves aseguró que su gobierno sí nombrará un embajador ante el régimen de Daniel Ortega, cargo que lleva cuatro años desocupado, desde la salida de Eduardo Trejos para asumir la jefatura de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS).
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“Mi visión es nombrar embajador en Nicaragua. Si tenemos relaciones diplomáticas, no estamos en guerra, qué es eso de que no hay embajador. No, no”, dijo Chaves. “Si hay que romper relaciones diplomáticas con algún país, por razones de mérito, bueno, rompámoslas, pero no estemos en el jueguito de que sí somos amigos, sí conversamos, pero no no hay embajador. Yo creo que más claro no puede ser”, añadió.
Por su parte, el presidente de la República, Carlos Alvarado, explicó que durante su periodo no nombró un embajador en el país vecino porque considera “hechos graves” el cierre de medios de comunicación, el aprisionamiento de actores políticos y la violencias en las protestas que normalizó el mandato Ortega-Murillo.
McFields, quien salió de la OEA tras denunciar la dictadura de Ortega el 23 de marzo anterior, aseguró a La Nación que existen otras maneras de mantener relaciones con un país sin nombrar a la figura más alta que puede enviar un presidente, es decir, un embajador. Para el exdiplomático es importante ver algunas señales de cómo viene un gobierno “porque después es demasiado tarde cuando se quiere reaccionar”.
“Me preocupa, pero debería preocuparle más al hermano pueblo costarricense, esta es una alerta roja porque está indicando los principios y los valores de su administración (de Chaves) (...). Uno puede enviar a un ministro consejero, a un secretario, incluso a un cónsul, para que haga las funciones en la Embajada. Pero al enviar un embajador, está haciendo un reconocimiento, al más alto nivel, a un régimen que ha puesto en prisión a 181 políticos y por el que perdieron la vida 355 personas desde las protestas del 2018″, aseguró McFields.
En tanto, lo que para Chaves sería una manera de “mantener las relaciones diplomáticas” con Nicaragua, para McFields representa “una bofetada a los derechos humanos”.
El exembajador recordó la numerosa cantidad de entidades y funcionarios que descartaron seguir formando parte de la dictadura nicaragüense, así como los que no pueden abandonar sus puestos por temor a represalias.
“Son centenares los que han tomado la decisión de abandonar el régimen, pero hay miles que no la toman y que sufren en silencio el tener que repetir consignas, ponerse la camiseta, repetir discursos, llenar plazas y actuar de una forma que realmente les entristece”, aseguró el exrepresentante a este medio desde Washington, donde aguarda por la aprobación de su asilo político.
Todas las humillaciones deben ser soportadas por algunos funcionarios porque, según manifestó McFields, tienen que ganarse el sustento. “Viven una situación de humillación moral y una situación de ultraje a sus creencias y a sus valores”, añadió.
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