Managua, (EFE).- El Gobierno del presidente Daniel Ortega sepultó la autonomía municipal y consolidó un modelo de partido único en Nicaragua, con el despojo de cinco alcaldías administradas por sus rivales políticos, denunciaron este miércoles diversas organizaciones opositoras.
“La toma de los Gobiernos municipales de Pantasma, Yalí, El Cuá, Murra y El Almendro, además de sepultar la autonomía municipal irrespetando la decisión popular de la población, consolida el modelo de partido único en Nicaragua”, señalaron esas organizaciones opositoras en una declaración pública.
El lunes, el partido opositor Ciudadanos por la Libertad denunció que las cinco alcaldías que administraban fueron tomadas a la fuerza por la Policía Nacional y concejales del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que ahora las dirigen.
“Ortega dio un golpe de facto mediante el uso de la violencia a la autonomía municipal en zonas históricamente opositoras a su régimen e irrespetó totalmente al voto soberano de la ciudadanía”, continuaron las organizaciones, entre las que se encuentra la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que fue la contraparte del Ejecutivo en una fallida mesa de negociación con la que se buscaba salida pacífica a la crisis que vive el país desde el 2018.
Despojo “Manu Militar”
Esas organizaciones argumentaron que el despojo de esas alcaldías se dio “en abierta violación al régimen de autonomía municipal establecido y regulado por la Ley de Municipios y sus reformas, en cuyo artículo 24 se regulan las causales para perder la condición de alcalde, vicealcalde y concejales”.
“El régimen Ortega Murillo (en referencia a la primera dama y vicepresidenta del país, Rosario Murillo) manu militari (por la fuerza de las armas), sin cumplir el proceso establecido en dicha ley y con el argumento de que el partido político que representa su alcalde no tiene personalidad jurídica, violenta la autonomía de estos municipios que habían elegido a sus representantes mediante el voto ciudadano”, indicaron.
Por tanto, para esas organizaciones “la toma de estas alcaldías no sólo destruye por completo la autonomía municipal en Nicaragua, sino que es otro atropello a la democracia”.
“Con el actuar del régimen ilegítimo se observa que el totalitarismo es el camino que han emprendido para consolidar el modelo de partido único, en este caso el FSLN, como en Cuba, China y Corea del Norte”, apuntaron.
Asimismo, consideraron que “estos hechos son un reflejo de que las próximas elecciones municipales”, previstas para el 6 de noviembre próximo, “carecerán por completo de la participación del pueblo”.
“Escencia Totalitaria del régimen” de Ortega
Por su lado, la Red Nicaragüense por la Democracia y el Desarrollo Local (Red Local) condenó “con rotundidad la violación flagrante y descarada de la autonomía local”.
“Al arrebatarle el Gobierno a los ciudadanos de los municipios de Santa María de Pantasma, Murra, San Sebastián de Yalí, El Cuá, y El Almendro, se ha confiscado la voluntad de casi 50.300 personas”, anotó la Red Local en una declaración pública.
Ese organismo explicó que la cancelación de la personalidad jurídica de un partido político “impide que se presente a las próximas elecciones, pero no extingue el mandato obtenido por las autoridades electas mediante ese partido, que están obligadas a cumplir con su período de gobierno”.
“La pérdida de la personalidad jurídica de un partido no es causal de destitución de los ediles electos bajo su bandera porque sería aplicar el principio de retroactividad de la ley que está prohibido de manera taxativa por la Constitución Política aún vigente del país”, argumentó.
Para esa Red, “esta nueva violación de la autonomía municipal es una muestra más de la esencia totalitaria del régimen” de Ortega.
El despejo de las cinco alcaldías opositoras ocurre cuando faltan cuatro meses para las elecciones municipales, en las que los nicaragüenses elegirán a los alcaldes, vicealcaldes y concejales de los 153 municipios de Nicaragua, de las cuales 135 están actualmente bajo administración del FSLN, más las cinco que estaban en mano de la disidencia.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del pasado 7 de noviembre, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.
Ortega, de 76 años, lleva 15 años y 5 meses consecutivos en el poder, en medio de denuncias de autoritarismo y fraude electoral.