Durante los últimos meses, Centroamérica es testigo de lo que se cataloga como una ola de ataques a la prensa y a la libertad de expresión.
Los casos de Nicaragua, El Salvador y, más recientemente, Guatemala encienden las alarmas en Costa Rica, un país democrático que, desde la perspectiva internacional, experimenta un deterioro a la hora de desarrollar un periodismo independiente.
Un indicador de ello es la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, donde Costa Rica descendió 15 puestos, según el estudio publicado el pasado 3 de mayo. Esta caída es reflejo de los ataques del gobierno del presidente Rodrigo Chaves hacia un sector de los medios de comunicación.
Esto no pasa desapercibido para la prensa internacional. Ramón Zamora, hijo de José Rubén Zamora, propietario del periódico elPeriódico en Guatemala y quien se encuentra detenido debido a la persecución del gobierno hacia él y su medio de comunicación, en la que la fiscalía chapín pide 40 años de prisión, habló con La Nación sobre las alarmas que deben activarse en un país ante esta situación.
“Es preocupante esta ola autoritaria que se extiende por toda la región, no solo en Centroamérica, sino también con actores en el sur. Costa Rica está en medio. Desde Guatemala siempre se ha dicho que es la Suiza de Centroamérica y que tiene valores democráticos muy sólidos. Sin embargo, hemos visto que las autoridades actuales tienden a ser un tanto agresivas y prepotentes contra los medios (...). Es importante estar atentos a lo que está sucediendo en los alrededores, ya que cada vez se pierde más terreno democrático”, expresó Zamora.
El historial del actual presidente costarricense en relación con la prensa llevó a la Sala IV a condenar los insultos de Rodrigo Chaves a periodistas, mencionando que el lenguaje irrespetuoso y ofensivo constituye un exceso que perjudica la libertad de prensa y podría fomentar el hostigamiento hacia los comunicadores.
“Banderas rojas”
Ramón Zamora hizo hincapié en que, aunque en Costa Rica apenas se perciben señales de “prepotencia”, el país debe aprender de los ejemplos de sus países vecinos. En ese sentido, enumeró una serie de “banderas rojas” en un gobierno o candidato que podrían representar en el futuro un problema para la libertad de prensa y expresión.
La primera de ellas es la “poca disposición para responder preguntas cuando aún son candidatos y muestran una falta de transparencia, lo cual revela tendencias autoritarias”, afirmó Zamora.
Por otro lado, una de las alertas más importantes es la forma en que los políticos se dirigen a la prensa y la ciudadanía, ya que Zamora menciona que la “prepotencia, la negativa a atender a los medios y dar declaraciones fuera de lugar” son señales que deben detectarse en un presidente o candidato.
La transparencia es otra advertencia que señala Zamora, ya que si un presidente o candidato utiliza retóricas que buscan dividir a la población, se convierte en un problema. “Si están buscando ser conciliadores o están buscando dividir a las personas para crear problemas más adelante”, son parte de las señales que la población debe detectar.
Por último, Zamora destaca la incapacidad de “reconocer los desafíos que enfrenta el país y tratar de crear un ‘sistema’ donde ellos puedan afirmar que todo está bien”, incluso cuando existen áreas que requieren mejoras y atención.
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Situación en Centroamérica
Nicaragua es el principal ejemplo negativo en la región, ya que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo elimina cualquier tipo de libertad de prensa, se han apoderado de medios de comunicación, detuvo a periodistas y muchos de ellos optaron por el exilio.
Otro caso más reciente es en El Salvador, donde el medio de comunicación El Faro cerró sus operaciones legales y administrativas en el país gobernado por Nayib Bukele, debido a la constante persecución del gobierno a sus periodistas mediante el espionaje.
Actualmente, este medio opera desde Costa Rica.
En Guatemala, el medio elPeriódico también tuvo que cerrar debido al hostigamiento del gobierno de Alejandro Giammattei hacia el dueño del medio, sus abogados, periodistas y patrocinadores. Estas acciones se llevaron a cabo a raíz de acusaciones infundadas de corrupción y lavado de dinero dentro del diario.