El pasado martes 27 de febrero, el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, el general Nikolai Patrushev, sostuvo una reunión en Managua, Nicaragua, con representantes de cuatro países “amigos” de América Latina, para conversar sobre cooperación en materia de defensa y seguridad.
Durante el encuentro, Patrushev manifestó a delegados de Nicaragua, Bolivia, Cuba y Venezuela que para su país hay “una necesidad de apoyar a los estados latinoamericanos que están sometidos a la presión por parte de Estados Unidos y sus aliados en la defensa de su soberanía e independencia”.
¿Cómo se debe interpretar esta declaración en el marco de la visita de este alto personero del gobierno de Vladimir Putin? Para el analista internacional Carlos Murillo, tales manifestaciones evidencian una mayor presencia rusa en la región y una intención de generar presión sobre Washington.
A su vez, Murillo consideró que la visita del general también implica un fortalecimiento del papel que juega Nicaragua, como una pieza clave al albergar bases de escucha y conexión satelital para todas las transmisiones en América Latina, especialmente las dirigidas desde Estados Unidos hacia Latinoamérica.
“La existencia de centros de inteligencia y acuerdos militares entre países latinoamericanos y Rusia implica que, en caso de un conflicto generalizado o, incorrectamente denominado, Guerra Mundial, América Latina podría convertirse en escenario de batallas, algo que no ocurrió en el siglo pasado. Este representa el riesgo predominante en la región”, sostuvo.
Frente a esta dinámica, el analista señaló que nuestro país debería tener una política de defensa ante eventuales operaciones militares
“Costa Rica debe comprender, desde la perspectiva de la defensa del Estado y la integridad nacional, cómo operan este tipo de amenazas. Tener una política de defensa es esencial. Es importante distinguir entre política de defensa y política militar. Costa Rica no puede adoptar la última, pero sí debe establecer y mantener una clara política de defensa”, recalcó.
A continuación, la entrevista concedida por Carlos Murillo a La Nación:
- ¿Cómo se puede interpretar esta reunión de Rusia, Nicaragua, Bolivia, Cuba y Venezuela?
- Para Rusia, adquirir aliados es crucial debido a la complicada relación con Occidente. La última manifestación de esta disputa se centra en los fondos, donde Europa pretende utilizar los embargos a Rusia para el armamento de Ucrania; a lo que Moscú responde incautando fondos de empresas occidentales en Rusia para utilizarlos con el mismo propósito.
”En el contexto específico de América Latina, se inserta en una confrontación entre las tres superpotencias. Vladímir Putin argumenta que la OTAN, y más específicamente Estados Unidos, busca tener posiciones militares en la frontera de los países limítrofes con Rusia. Por lo tanto, Rusia sostiene que tiene el derecho de establecer posiciones de avanzada militar en el patio estadounidense.
La guerra dejó de limitarse al campo de batalla y pasó al ámbito diplomático y financiero.
— Carlos Murillo, analista de política internacional
”Históricamente, en los últimos años o en este siglo, Rusia mantuvo presencia en lo que se conoce como el triángulo del Caribe (Cuba, Nicaragua y Venezuela). En todas las actividades realizadas por Rusia en estos tres países, se observó la participación de diplomáticos y militares rusos, con la presencia de delegaciones de los otros dos.
“La inclusión actual de Bolivia rompe con el esquema de los últimos años, que se caracterizaba por la presencia militar en el Caribe y la presión sobre Estados Unidos”.
- ¿Qué tipo de presión ejerce Moscú sobre Estados Unidos?
- En 1962, durante la crisis de los misiles, ya se había presentado una situación similar. Rusia indicó a Estados Unidos: ‘Me retiro del Caribe, usted retire sus posiciones de la frontera rusa con los países europeos’, proponiendo un intercambio en ese sentido.
”Lo que ha venido ocurriendo en los últimos dos años es un aumento en el nivel de representantes rusos. Anteriormente, se limitaba al personal con rango militar o diplomático relativamente bajo, pero ha ido creciendo con visitas como la del canciller ruso y, más recientemente, la del secretario del Consejo de Seguridad ruso en Nicaragua. Sin embargo, solo se publica la mitad de los acuerdos que se toman en estas sesiones de trabajo”.
- ¿Qué ofrecen estos países a Rusia?
- Primero, la presencia de bases navales en los tres países de dicho triángulo. Llama la atención la incorporación de Bolivia, que no proporciona una posición naval clave. Es notoria también la ausencia de una delegación brasileña, especialmente considerando las recientes intervenciones del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien expresó abiertamente su apoyo a Rusia.
”Por otro lado, es en este contexto donde Nicaragua se convierte en una pieza clave al albergar bases de escucha y conexión satelital para todas las transmisiones en América Latina, especialmente las dirigidas desde Estados Unidos hacia la región. En Nicaragua, Rusia ya cuenta con una escuela policial que, lejos de tener relación con, está vinculada a la inteligencia militar.
“Esta instalación incluye una base satelital destinada a la escucha de transmisiones en el hemisferio occidental y sirve para el entrenamiento de militares de aliados latinoamericanos de Rusia. En este escenario, todas estas alianzas militares se vuelven esenciales”.
- ¿Existe algún riesgo potencial para América Latina con estas alianzas?
- En la crisis de los misiles en 1962, América Latina se convirtió en el escenario terrestre de la confrontación entre las superpotencias. A medida que la presencia rusa crece a través de bases navales, de inteligencia, China adopta una estrategia similar, estableciendo puertos en El Salvador y Perú como parte de su proyección como superpotencia.
”La existencia de centros de inteligencia y acuerdos militares entre países latinoamericanos y Rusia implica que, en caso de un conflicto generalizado o, incorrectamente denominado, Guerra Mundial, América Latina podría convertirse en escenario de batallas, algo que no ocurrió en el siglo pasado. Este representa el riesgo predominante en la región.
”Además, existe un riesgo más inminente: la posibilidad de que Estados Unidos decida llevar a cabo operaciones militares en América Latina, dado que históricamente ha descuidado la región. Esto podría dar lugar a confrontaciones accidentales entre los centros de inteligencia y navales rusos, chinos y las fuerzas estadounidenses”.
- ¿Qué mensaje recibe Estados Unidos y cuál podría ser su respuesta?
La principal prioridad del Gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Joe Biden, es China, y la mayor preocupación se centra en el estrecho de Taiwán. En segundo lugar, está la atención hacia Ucrania.
”Aunque América Latina no ocupa una posición de gran prioridad en la estrategia de defensa de Estados Unidos en este momento, no carece de relevancia. El Comando Sur, con su presencia histórica en la región, es clave en la estrategia del Pentágono, aunque haya sido descuidada.
”La importancia de este tipo de mensajes será evidente durante la campaña electoral, y dependiendo de quién asuma la presidencia en enero próximo, se verá la necesidad de redefinir las prioridades y aumentar la presencia visible en América Latina. En asuntos militares, estamos regresando a una época en la que los desfiles militares son fundamentales, no solo para poseer poder, sino para mostrarlo. Estados Unidos había superado esa fase, pero ahora se verá obligado a retomarla”.
- ¿Nicaragua se convierte en una amenaza para la región?
- El primero en reaccionar en Centroamérica es Honduras, ya que las Fuerzas Armadas hondureñas manifiestan una gran preocupación por lo que sucede en Nicaragua en términos militares. Consideran que, en caso de que Nicaragua iniciara alguna operación militar fuera de su territorio, sería primero contra Honduras.
”Le sigue la preocupación del ejército salvadoreño y guatemalteco. En mi insistencia constante, destaco que Costa Rica, al argumentar la carencia de un ejército —por dicha no lo tenemos— no debe olvidar la necesidad de tener una política de defensa, la cual no implica la creación de un ejército, sino más bien saber cómo enfrentar una situación que podría desencadenar una confrontación armada en Centroamérica, debido al empoderamiento de Nicaragua.
”Aunque hemos abordado la presencia de Rusia, es importante comprender cuál es el interés de Nicaragua en tener esta presencia militar rusa. Este aspecto se destaca en el reportaje del diario El 19 Digital, donde se evidencia cómo desde Nicaragua se proyecta un mensaje claro: ‘Ahora sí, Estados Unidos, sigan molestando, sigan agrediendo, que contamos con un aliado poderoso que nos defenderá’.
”Costa Rica debe comprender, desde la perspectiva de la defensa del Estado y la integridad nacional, cómo operan este tipo de amenazas. Tener una política de defensa es esencial. Es importante distinguir entre política de defensa y política militar. Costa Rica no puede adoptar la última, pero sí debe establecer y mantener una clara política de defensa”.