Washington. El vicepresidente de Estados Unidos, Richard Cheney, descartó ayer la posibilidad de reunirse con el líder de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yaser Arafat, antes de la cumbre que celebrará la Liga Árabe el próximo miércoles en Beirut.
"No sostendré la reunión hasta que no se hayan cumplido las circunstancias que hemos especificado", manifestó Cheney a la cadena NBC.
"Hasta ahora no las hemos visto, pero si suceden entonces estoy dispuesto a preparar esa reunión", agregó.
Condición
Para Estados Unidos, Arafat no ha reunido las condiciones necesarias para continuar las negociaciones de paz, entre ellas, el cese en la espiral de violencia en la zona, un compromiso para la aplicación del Plan Tenet que estipula el alto el fuego, y el fortalecimiento de la seguridad en las áreas bajo su control.
Cheney hizo esas declaraciones mientras el emisario estadounidense, Anthony Zinni, trata de lograr una tregua entre las partes en pugna, después de 18 meses de violencia (Intifada), y de impulsar las negociaciones para resolver el conflicto árabe-israelí.
La Casa Blanca decidirá en las próximas horas si envía de nuevo a Cheney a la convulsionada región, donde se negó a reunirse con Arafat durante su gira de diez días que concluyó el miércoles pasado.
El viernes anterior, un grupo bipartidista de 52 senadores estadounidenses exhortó a Cheney para que suspenda futuras reuniones con el líder palestino hasta que este tome acciones más contundentes para frenar la violencia en Oriente Medio, que ya ha cobrado la vida de más de 1.500 personas.
En su carta al vicepresidente Cheney, el grupo de legisladores reiteró su apoyo a Israel al indicar que "el amigo y aliado incondicional de Estados Unidos" tiene derecho a "tomar las medidas necesarias para proteger a su pueblo".
En la cumbre del próximo miércoles se prevé que la Liga Árabe recogerá una postura firme con respecto a la ocupación israelí de los territorios palestinos y el derecho de los palestinos a resistir, además de analizar la iniciativa de paz que impulsa Arabia Saudí.
Según esa propuesta, Israel ordenaría una retirada de todos los territorios ocupados desde 1967 Cisjordania, Gaza y los Altos del Golán, a cambio de que los países árabes normalicen las relaciones con el estado de Israel.