China ha reforzado su liderazgo en la producción de oro tras el descubrimiento de un enorme yacimiento en Hunan.
A finales del 2024, geólogos chinos identificaron la mina Wangu, que contiene 1.000 toneladas del metal precioso, una cantidad mucho mayor a la estimada inicialmente.
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El Instituto Provincial de Geología de Hunan había informado en una rueda de prensa que se trataba de 300 toneladas, pero más adelante se confirmó la presencia de reservas cuatro veces mayores, situadas a una profundidad de hasta 3.000 metros.
El Consejo Mundial del Oro reportó que en el 2023, China extrajo 370 toneladas de oro, lo que representó el 10 % de la producción global.
Con el hallazgo de la mina Wangu, el país asiático afianza su posición como el mayor productor mundial.
Valor millonario y alta concentración del oro
El hallazgo ha llamado la atención internacional no solo por la cantidad de oro, sino por su alta concentración.
Según la agencia estatal Xinhua, el yacimiento tiene 138 gramos de oro por tonelada de mineral, un nivel elevado en comparación con otros depósitos.
En términos económicos, las 1.000 toneladas halladas están valoradas en $83.000 millones.
Este descubrimiento podría alterar los precios del metal, ya que una mayor oferta suele generar reducción en su valor de mercado.
Consecuencias económicas a nivel mundial
El impacto de este descubrimiento podría afectar la cotización del oro, ya que el principio de oferta y demanda sugiere que un aumento en la disponibilidad puede hacer que los precios bajen.
Para las empresas comercializadoras de oro, esto podría representar desafíos en términos de rentabilidad.
También podría influir en países que dependen de la exportación de este metal y en aquellas economías que lo utilizan como respaldo financiero.
En el ámbito regional, la mina Wangu traerá beneficios económicos a Hunan.
Según el blog económico Foco Económico, la minería genera crecimiento macroeconómico y desarrollo local.
Un estudio de Loayza y Rigolini sobre el impacto de la minería en la pobreza determinó que, en zonas mineras, el consumo per cápita aumenta y la pobreza disminuye.
Sin embargo, el crecimiento acelerado de la actividad minera también puede traer retos sociales.
Un aumento en la actividad industrial podría generar desplazamientos poblacionales y desigualdad económica, efectos que deben ser considerados en el desarrollo del proyecto.
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