Pékín (AFP). El disidente chino Liu Xiaobo fue condenado el viernes a once años de cárcel por "subversión", un año después de haber exhortado a la democratización de China, en señal de un endurecimiento político del régimen de Pekín frente a los militantes proderechos humanos.
Liu, de 53 años y que ya fue encarcelado tras la represión del movimiento estudiantil prodemocrático de la plaza de Tiannamen en junio de 1989, compareció el miércoles durante dos horas y medio ante el tribunal que lo juzgaba por "subversión contra el poder del Estado" debido a su participación en la redacción de la "Carta 08", un texto en favor de una China democrática.
Uno de los abogados del disidente, Mo Shaoping, indicó a la AFP que su defendido fue privado de sus "derechos políticos durante dos años".
Los letrados que defendieron a Liu Xiaobo no señalaron si el disidente pensaba apelar la sentencia.
"Estamos en desacuerdo con ese veredicto porque nos declaramos no culpable", afirmó Mo Shaoping.
Por su parte, el tribunal, citado por la agencia oficial China Nueva, afirmó "haber seguido estrictamente el procedimiento judicial en el caso y protegido plenamente el derecho de defensa de Liu".
"El proceso estuvo abierto al público. Dos abogados defendieron a Liu y su familia estaba presente", añadió un comunicado del tribunal, citado por China Nueva.
Los periodistas y diplomáticos extranjeros no pudieron asistir al proceso, el miércoles, ni a la lectura del veredicto, el viernes.
Sin embargo, las organizaciones proderechos humanos denunciaron un endurecimiento político en China del que la condena al disidente da prueba.
Esa condena "invierte la tendencia de los últimos diez años hacia una reducción de penas por el delito de incitación a la subversión (...) Es una condena extremadamente fuerte, en un cálculo político del más alto nivel", declaró a la AFP Nicholas Bequelin, investigador de la división para Asia de la organización Human Rights Watch, basada en Hong Kong.
"Es una condena muy, muy severa, que refleja también un endurecimiento político que hemos observado desde la preparación de los Juegos Olímpicos", añadió.
"El Partido Comunista no podía dejar sin respuesta el desafío de la 'Carta 08'; es una respuesta muy fuerte. Liu Xiaobo es un chivo expiatorio sacrificado para enviar un mensaje", consideró Bequelin.
En un comunicado, la organización Amnistía Internacional se declaró "extremadamente preocupada por los otros firmantes de la 'Carta 08' y por la libertad de expresión en China".
Según la citada organización, China ha condenado desde 2003 a más de 35 personas "bajo la vaga acusación de 'incitación a la subversión contra el poder del Estado'".
"Entre esas condenas, la de Liu Xiaobo es la más larga desde 2003", subrayó Aministía Internacional.
Tras el anuncio de la condena, Estados Unidos fue el primer país occidental en reaccionar, declarándose "muy preocupado" y reiterando la petición a Pekín de que libere al disidente.
"El gobierno de Estados Unidos está muy preocupado por la condena a once años de cárcel (...) del disidente Liu Xiaobo", declaró a la prensa Gregory May, un responsable de la embajada estadounidense, al exterior del tribunal de Pekín donde fue juzgado el disidente.
"Hacemos un nuevo llamamiento al gobierno chino para que libere inmediatamente" a un hombre que "actuó pacíficamente en favor del establecimiento de un proceso democrático en China", añadió.
El jueves, China denunció las "groseras injerencias" de ciertos países extranjeros tras el proceso de Liu, al tiempo que pidió el respeto de la "soberanía judicial china".
El veredicto fue pronunciado el día de Nochebuena, en plenas fiestas navideñas en Occidente, período generalmente utilizado por las autoridades chinas, según los militantes proderechos humanos, para solventar los casos de los disidentes políticos.
En 2007, Hu Jia fue arrestado un 27 de diciembre y posteriormente acusado de subversión antes de ser condenado.
En 2006, el abogado Gao Zhisheng fue acusado y después condenado a tres años de cárcel justo antes de Navidad.