Pekín. China ensayó este miércoles en el Pacífico un misil balístico intercontinental equipado con una ojiva ficticia. Este ejercicio inusual resalta la modernización del programa nuclear de Pekín y provocó críticas de sus vecinos.
El ensayo, comunicado por el Ministerio de Defensa, se produce en un contexto de creciente rivalidad con Estados Unidos en el océano Pacífico, de tensiones con Filipinas por la soberanía en el Mar de China Meridional y de hostilidad abierta con Taiwán, una isla de gobierno democrático que Pekín reclama como propia.
El Ministerio de Defensa, que rara vez informa abiertamente sobre este tipo de ejercicios, no detalló el lugar donde cayó el misil ni si el proyectil fue disparado desde tierra o desde un submarino.
Los misiles balísticos intercontinentales figuran entre las armas más potentes del mundo y son capaces de transportar cargas nucleares devastadoras.
“El Ejército de Liberación Popular disparó con éxito un misil balístico intercontinental (...) con una ojiva ficticia en alta mar en el océano Pacífico a las 08:44 a. m. del 25 de setiembre y el proyectil cayó en la zona esperada”, afirmó el ministerio en un comunicado.
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“Este lanzamiento de prueba forma parte de nuestro plan de entrenamiento anual”, agregó la institución.
El disparo “está en línea con el derecho y la práctica internacional y no está dirigido contra ningún país ni objetivo”, precisó.
Pese a este comentario, Nueva Zelanda no tardó en declarar que el ensayo chino resulta “inoportuno e inquietante” y que consultará con sus aliados a medida que se conozcan más detalles.
Desde Japón, el portavoz del gobierno, Yoshimasa Hayashi, indicó que no hubo aviso previo de China respecto al lanzamiento y que el refuerzo de las capacidades militares de Pekín, sumado a su falta de transparencia, suscita “seria preocupación”.
A su vez, Australia afirmó pedir “explicaciones” a China, cuyo fortalecimiento militar, consideró un portavoz del ministerio de Exteriores, “se produce sin la transparencia ni las garantías que la región espera de las grandes potencias”.
Un programa nuclear en evolución
El gigante asiático ya realizó un ensayo similar en el Pacífico Sur en la década de 1980. China suele llevar a cabo estos ensayos en su propio espacio aéreo, según indicó un analista a esta agencia.
“Es extremadamente inusual y probablemente la primera vez en décadas que asistimos a un ensayo de estas características”, comentó Ankit Panda, investigador del Fondo Carnegie para la Paz Internacional, un centro de reflexión norteamericano.
El ensayo ilustra la modernización nuclear en curso por parte de China, que se manifiesta en nuevas necesidades en materia de ensayos.
En octubre del año pasado, el Departamento de Defensa de Estados Unidos afirmó que China desarrollaba su arsenal nuclear más rápido de lo anticipado desde Washington.
El gigante asiático contaba con más de 500 ojivas nucleares operativas en mayo de 2023 y probablemente alcanzará más de 1.000 para 2030, señaló el Pentágono.
China denunció esas conclusiones y reafirmó que su arsenal nuclear, modesto en comparación con el de Estados Unidos, sirve únicamente para su autodefensa.
El Instituto de Investigación Internacional para la Paz de Estocolmo (Sipri) calcula, basándose en datos del año 2023, que Estados Unidos dispone de 3.700 ojivas y Rusia de casi 4.500. Según este instituto, China tenía 410.