Al menos cinco iraquíes murieron y más de 20 resultaron heridos ayer cuando estalló un tiroteo durante una manifestación en la ciudad de Kirkuk, donde los curdos tratan de obtener más control de la norteña ciudad, rica en petróleo.
Varios miles de árabes y turcomanos marcharon hacia la sede de la Unión Patriótica del Curdistán (UPK), una de las dos principales facciones curdas iraquíes, y rodearon el edificio cantando: “¡No al federalismo. Kirkuk es iraquí!”.
El jefe de policía de la ciudad dijo que dos personas habían muerto al estallar un tiroteo. Pero personal médico dijo después que otras tres personas habían fallecido en el hospital y que había al menos 20 heridos.
Varios heridos dijeron que habían recibido disparos de combatientes peshmerga de la UPK.
Sin embargo, Jalal Jawhar, jefe en Kirkuk de la UPK, dijo que un grupo de manifestantes árabes y turcomanos abrieron fuego contra las oficinas de la UPK e hirieron a tres miembros de la policía curda de Kirkuk.
El jefe de la policía aseveró que sus hombres no habían disparado a nadie.
Violencia interétnica
Testigos dijeron que tanques y vehículos blindados norteamericanos aislaron rápidamente el área, apostándose cerca de las oficinas del UPK y un edificio del gobierno local para mantener alejados a los manifestantes.
El incidente fue el último episodio de violencia entre los curdos y otros grupos que tratan de hacerse con el poder en la ciudad del norte de Iraq, donde se hallan las mayores reservas petrolíferas del país.
Los curdos que integran el Consejo de Gobierno designado por Estados Unidos proponen que un futuro gobierno federal iraquí otorgue amplia autonomía a la zona norteña, con Kirkuk como su capital, y con poder sobre otras áreas con grandes poblaciones curdas.
Al plan se oponen decididamente turcomanos y árabes.
Unas 12 personas murieron en agosto cuando las protestas por el saqueo de un lugar turcomano sagrado en la ciudad étnicamente dividida de Tuz Khurmatu se extendieron a Kirkuk.
Temores de ataques
En Bagdad, las fuerzas de seguridad respaldadas por Estados Unidos aumentaron sus patrullajes en la capital debido a temores de que los insurgentes puedan lanzar ataques contra las fuerzas de la coalición en el período de Año Nuevo.
El general Martin Dempsey, comandante de la Primera División Blindada responsable de la capital, dijo a la prensa que sus hombres estarían en estado de alerta por potenciales ataques en los próximos días, tras la serie de asaltos ocurrida en Navidad.
“Siempre tomamos una postura de vigilancia extra en fechas clave del calendario”, dijo.
“Hemos reunido información de inteligencia sobre lo que pueda ocurrir en las próximas 72 horas (...) y pueden estar seguros de que la primera DV (Primera División Blindada) estará lista para hacer lo que sea necesario”.
En los últimos cuatro días, dos soldados estadounidenses murieron por el estallido de bombas en carreteras, elevando a 327 el número de efectivos muertos en acción desde que comenzó la invasión de Iraq en marzo.
Otra bomba estalló en una calle del centro de Bagdad ayer miércoles, hiriendo a cinco soldados estadounidenses y tres de los Cuerpos de Defensa Civil de Iraq, dijo Dempsey.
En Washington, el gobierno retrasará el envío de $4.000 millones destinados a reconstruir Iraq para mediados del 2004, cuando se forme el nuevo gobierno iraquí, para “conservar un mecanismo de presión” sobre el país, según informó el diario The Wall Street Journal ayer miércoles.