Ciudad de México. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, descartó este viernes categorizar como “terrorismo” la violencia generada por narcotraficantes, un día después de que un coche bomba dejó tres policías heridos y de que 19 personas murieran en enfrentamientos entre criminales y fuerzas de seguridad.
El gobierno confirmó que el jueves dos policías murieron en un tiroteo con presuntos delincuentes en el estado mexicano de Guerrero, en el sur del país. Posteriormente, militares abatieron a 17 pistoleros que los atacaron, dijo el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, en la habitual conferencia presidencial, tres más de lo reportado inicialmente. Agregó que once sospechosos fueron arrestados.
“Estos grupos, como podemos ver, tienen un poder de fuego muy importante”, incluyendo ametralladoras de alto calibre, señaló García Harfuch.
El mismo jueves, en el estado de Guanajuato, en el centro de México, un coche bomba explotó afuera de una base policial, hiriendo a tres agentes. Una segunda explosión en esa misma región causó daños materiales.
Consultada sobre si estas acciones podrían ser consideradas como “narcoterrorismo”, Sheinbaum respondió que “no se puede catalogar como terrorismo”.
Anunció que el próximo martes expondrá las diferencias entre “terrorismo” y “delincuencia organizada” en un nuevo informe gubernamental de seguridad.
Aunque no adelantó sus argumentos, el gobierno de Sheinbaum mantendría la postura del expresidente Andrés Manuel López Obrador, quien sostenía que calificar a los cárteles como terroristas abriría la puerta a una posible intervención de Estados Unidos en México.
El expresidente y actual candidato a la Casa Blanca, Donald Trump, ha planteado la idea de designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas.
Según García Harfuch, los ataques en Guanajuato estarían vinculados a disputas entre cárteles e intentos de amedrentar a las autoridades.
Guerrero y Guanajuato son dos de los estados más afectados por la violencia criminal.
Guerrero, donde se encuentra el popular balneario de Acapulco, ha soportado años de violencia por disputas territoriales para producir y traficar drogas.
Guanajuato, un próspero centro industrial y turístico, es actualmente el estado más violento del país en términos de homicidios.
Sinaloa, bastión del poderoso cártel del mismo nombre, también sufre una escalada de violencia tras el arresto en julio del capo Ismael “Mayo” Zambada en Estados Unidos, lo que desató una guerra interna en la organización.
Sheinbaum, quien asumió el cargo el 1 de octubre, rechaza atacar frontalmente a los cárteles y propone continuar la estrategia de su predecesor de atender las causas de la criminalidad, además de hacer un mejor uso de la inteligencia.
México acumula más de 450,000 asesinatos desde finales de 2006, cuando el gobierno inició la ofensiva militar contra las mafias.