Con la oveja Polly, primer clon animal dotado de un gen humano, nacen nuevas esperanzas para la investigación médica, en especial para las enfermedades de origen genético y los transplantes de órganos.
Polly, nacida el 9 de julio, pero cuya primera foto oficial se publicó ayer, tiene cuatro hermanas transgénicas, realizadas siguiendo la misma combinación de técnicas.
El Instituto Roslin de Edimburgo (Escocia), que ya sorprendió al mundo en febrero con la oveja Dolly, el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta, volvió a dar la campanada con Polly.
Primera vez
Esta vez, los investigadores han combinado por primera vez la técnica de la clonación a partir de células de embrión con la de la mutación genética.
La novedad no es la implantación de genes humanos en animales. Esto ya se ha hecho con cerdos, cuyos pulmones e hígado son muy parecidos a los humanos y representan una fuente potencial de órganos para trasplantes.
Pero Polly "es la demostración de que podemos modificar genéticamente las células y hacer después animales transgénicos", resumió Ron James, director comercial de PPL Therapeutics, que financia las investigaciones del Instituto Roslin.
La operación fue un éxito en tres de las cinco ovejas, efectivamente "portadoras de un gen humano con un interés terapéutico, aunque no puedo decirles cuál", indicó James, quien -por ahora- prefiere esperar a disponer de test más profundos.
Los científicos habrán ganado realmente su apuesta si, cuando Polly y sus hermanas se reproduzcan, transmiten el gen humano a su descendencia.
James tiene ya "la visión de rebaños portadores de grandes dosis de proteínas altamente terapéuticas". Ovejas, vacas o cerdos, auténticas fábricas aceleradas de proteínas humanas de uso médico o de órganos para transplante "humanizados".
El producto final podrá ser manipulado genéticamente para resistir a las enfermedades animales o para reproducir en ellas enfermedades humanas, convirtiéndose en valiosos conejillos de indias para los tratamientos médicos.
Polly y sus hermanas no podrán ser comercializadas porque proceden de un rebaño que carece de un certificado que acredite que no ha sido afectado por la enfermedad del tembleque de la oveja, el equivalente a la enfermedad de la vaca loca.
Los científicos escoceses deberán repetir su experiencia sobre animales sin vicio de forma para poder comercializar sus resultados.
La City de Londres acogió a Polly con más flema que a Dolly en febrero, cuando el título PPL subió 65,7% para alcanzar 555 peniques.
Pasada la excitación del primer momento, el mercado se dio cuenta de que las implicaciones industriales tardarán aún en llegar, y la acción comenzó a descender hasta situarse el viernes a 386 peniques.