La desaparición forzada en Colombia no solo es un flagelo del pasado, sino una dolorosa realidad que persiste. Una de las imágenes más impactantes de esta crisis es la existencia de un hangar en el aeropuerto de Bogotá, donde yacen 20.000 cuerpos no identificados, reflejo de la magnitud de un problema que el país sigue sin resolver.
Una crisis sin respuestas claras
Según publicó la agencia EFE, el Comité contra la Desaparición Forzada de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en su reciente visita a Colombia, destacó que los cadáveres no identificados almacenados en este hangar son solo una parte de los miles de cuerpos que reposan en cementerios y depósitos mal gestionados en todo el país. Estas cifras ilustran una crisis institucional y humanitaria que deja a decenas de miles de familias sumidas en la incertidumbre.
Según estimaciones presentadas al Comité, el número de desaparecidos oscila entre 98.000 y 200.000, dependiendo de las fuentes consultadas. Esta discrepancia, causada por la falta de un registro centralizado y confiable, dificulta conocer el alcance real del problema. Mientras tanto, las familias enfrentan una burocracia paralizante y un sistema institucional fragmentado que no les ofrece respuestas.
El drama de las familias
Para las familias de los desaparecidos, el dolor no termina. Muchas de ellas no saben dónde buscar ni cómo ejercer sus derechos. “No sabemos a dónde acudir. Las autoridades parecen no querer hablar de nuestra situación, y estamos atrapados en un sistema que no nos da salidas”, confesó una de las víctimas al Comité.
El temor a represalias y la falta de confianza en las autoridades son barreras adicionales para las denuncias, especialmente en regiones controladas por grupos armados y el crimen organizado. Las víctimas de comunidades marginadas, como migrantes, pueblos indígenas y personas afrodescendientes, enfrentan además discriminación y dificultades lingüísticas o geográficas.
Un sistema que se reúne, pero no actúa
La delegación de la ONU también señaló que las instituciones encargadas de enfrentar esta crisis trabajan de forma descoordinada. Aunque se realizan múltiples reuniones de coordinación, estas rara vez generan resultados concretos. “Nos reunimos, y nos reunimos más. Pero eso no significa que hagamos nuestro trabajo básico”, admitió un funcionario a la delegación.
El Comité contra la Desaparición Forzada instó a Colombia a tomar medidas urgentes. Entre las recomendaciones, destacan:
- Establecer un registro único y confiable de personas desaparecidas.
- Mejorar la coordinación interinstitucional para evitar los silos burocráticos.
- Brindar atención especial a comunidades marginadas y víctimas en regiones vulnerables.
- Priorizar la identificación de los miles de cuerpos que yacen sin nombre, como los almacenados en el hangar de Bogotá.