Ciudad del Vaticano. AFP. El cónclave para elegir un nuevo papa comenzará el 18 de abril, 10 días después del multitudinario funeral de Juan Pablo II, que se realizará mañana viernes.
Roma quedó colapsada ayer por una marea de más de un millón de peregrinos, y no podrá recibir a más fieles, advirtió el Servicio de Protección Civil.
"El Cónclave comenzará el 18 de abril", anunció el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro Valls, al término del tercer día de reuniones de la congregación de cardenales que se celebra desde la muerte del Papa, el sábado.
En total, 117 purpurados tienen derecho de voto, aunque ya se sabe que no todos podrán participar en esta reunión cuyas votaciones se llevarán a cabo en la magnífica Capilla Sixtina, cerrada al público tras la muerte del Pontífice para acondicionarla.
Los cardenales, que permanecerán aislados en el recinto del Vaticano, que fue declarado por primera vez zona de Cónclave, no podrán revelar ningún detalle sobre las deliberaciones o votaciones so pena de excomunión.
Los cardenales continúan preparándose para el día 18, mientras tanto, ayer asistieron a la lectura del testamento espiritual de Juan Pablo II, unas 15 páginas que serán divulgadas hoy.
En Roma, el interminable goteo de fieles convirtió a la capital italiana en una ciudad caótica en la que es muy difícil circular.
En el Vaticano, la situación es crítica. Por ahi pasaron ayer más de un millón de personas.
El tiempo de espera para ver durante algunos segundos los restos mortales de Juan Pablo II supera las 15 horas. Muchas personas están atrapadas en estas filas kilométricas que se extienden alrededor de la basílica de San Pedro.
Las autoridades romanas decidieron que a partir de anoche ningún fiel más podría sumarse a esta fila ya que en ningún caso podría llegar a tiempo para ver al Pontífice antes de hoy por la noche, cuando el templo cerrarásus puertas para preparar la misa de funeral.
Esta peregrinación a Roma podría superar la que se registra en La Meca durante la cita anual de los musulmanes.
Atascos gigantes, calles cortadas, transportes públicos colapsados, toneladas de basura, hoteles repletos, redes telefónicas saturadas: la situación supera a los miles de voluntarios repartidos por la ciudad, desconcertados ante semejante caos.