Bogotá. La policía colombiana confiscó ayer 333 propiedades del extinto jefe del cartel de Cali, José Santacruz Londoño, con base en una ley que le permite al Estado expropiar bienes y fortunas de los traficantes de drogas.
"En el marco de la operación Halcón Uno fueron ocupados en forma definitiva todos los bienes del extinto narcotraficante y cabecilla del cartel de Cali, José Santacruz Londoño", dijo el director de la policía, general Rosso José Serrano.
Los operativos para confiscar los bienes del extinto traficante de drogas, que aparecen a nombre de testaferros, se realizaron en las ciudades de Bogotá, Cali, Armenia, Buga, Tuluá y Palmira en el suroeste del país.
La policía informó de que una flotilla de helicópteros y aviones desplazó a más de 1.000 hombres de esa fuerza, de la policía secreta y de la Fiscalía para confiscar las propiedades del narcotraficante muerto.
Entre los 333 bienes confiscados está una réplica de la Casa Blanca, ubicada en el sector de Ciudad Jardín de Cali, que ordenó construir Santacruz, así como la de un club social al que no fue admitido el narcotraficante por sus nexos con actividades ilegales.
Entre las propiedades incautadas figuran apartamentos, casas, terrenos, oficinas, locales, haciendas, bodegas y edificios en donde funcionaban empresas de fachada del narcotráfico.
Las operaciones para confiscar las propiedades de Santacruz y sus testaferros fueron dirigidas por el director operativo de la policía, general Alfredo Salgado y por el jefe de la policía secreta, general Luis Montenegro.
Santacruz Londoño, considerado como el tercer hombre en la cúpula del cartel de Cali, fue capturado por la policía colombiana en agosto de 1995.
En enero de 1996 se fugó de una cárcel de alta seguridad del sur de Bogotá y dos meses después cayó muerto al enfrentarse con una patrulla de la policía en las afueras de Medellín, en donde se había refugiado.
El gobierno colombiano del presidente Ernesto Samper sancionó hace un año una ley que lo faculta para expropiar de sus bienes y fortunas a los narcotraficantes, familiares y testaferros.
Los recursos obtenidos de la confiscación de las propiedades y fortunas de los narcotraficantes serán invertidos por el Gobierno en programas sociales para atender a las clases más pobres.
La Fiscalía y la policía dijeron que por ahora no es posible calcular con exactitud el valor de las propiedades confiscadas el viernes al narcotráfico, pero aseguraron que ascienden a una suma cercana a los $20 millones.