La presidenta argentina Cristina Fernández se enfrenta hoy a unas elecciones legislativas en las que se prevé una derrota del oficialismo, lo cual pondría fin a cualquier proyecto reeleccionista y abriría un periodo de dos años en los que la mandataria deberá luchar para mantener su peso político y liderar una transición ordenada dentro del peronismo.
“Aun no perdiendo por completo el control del Congreso, el proyecto de reelección de Fernández para un tercer periodo quedaría descartado pues no tendría las dos terceras partes –en las dos cámaras– necesarias para reformar la Constitución”, señala el analista argentino y director para América Latina del Instituto IDEA, Daniel Zovatto.
A las urnas están convocados 30,5 millones de argentinos para renovar hoy a la mitad de la Cámara de Diputados, formada por 254 diputados, y un tercio del Senado, de 72 integrantes.
Las encuestas señalan una alta probabilidad de que el Frente para la Victoria (el partido al que pertenece Fernández) mantenga más o menos la misma cantidad de diputados y el control de la Cámara Baja, pero pierda la mayoría absoluta del Senado.
Sin embargo, el panorama legislativo completo se vería hasta después de las elecciones de hoy, ya que muchos diputados y senadores electos como kirchneristas podrían reacomodarse en otras bancadas, tras la pérdida de poder del oficialismo.
“Hay que tomar en cuenta que las lealtades en Argentina duran como la primavera”, explica Zovatto, quien recuerda que los legisladores que aprobaron reformas de centro-derecha durante el mandato de Carlos Menem (1989-1999), han sido los mismos que pasaron leyes de centro-izquierda bajo las administraciones de los Kirschner.
Cambio. Los comicios, que tienen lugar en la mitad del segundo mandato de consecutivo de Fernández, auguran el posible fin del periodo inaugurado en 2003 con Néstor Kirchner, antecesor y fallecido marido de la presidenta.
Sin una posible reelección ni un claro candidato del kirchnerismo, lo importante de estas votaciones será ver quienes quedarán mejor posicionados para la campaña presidencial del 2015, en la cual la gobernante no podrá ser candidata.
De ser así, encararía, como lo hicieron los ex presidentes Raúl Alfonsín y Menem –en 1987 y 1997, respectivamente– , dos años de gobierno sin el poder absoluto del Congreso y sin posibilidad de reelegirse.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurrió en esas ocasiones anteriores, la mandataria aún podría liderar en estos últimos 24 meses una transición para “heredar” la presidencia a un candidato del peronismo y no a una fuerza política contraria, opina Zovatto.
“Su nivel de popularidad, ayudado por el tema de la operación, está cerca del 48%. Si es inteligente y hace una buena apuesta, podrá hacer una transición ordenada”, explicó el especialista.
Aunque la operación por un hematoma el pasado 8 de octubre le haya favorecido en términos de imagen, según analistas, ahora se cuestiona si Fernández tendría la salud y energía para liderar ese cambio.
Presidenciales en la mira. Desde mañana, varios candidatos iniciarán una feroz pelea para ubicarse en una posición favorable con miras a la campaña de 2015.
Nombres que han salido a relucir en el peronismo son Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, y Sergio Massa, alcalde del municipio bonaerense de Tigre y candidato a diputado para la provincia de Buenos Aires, quien figura como ganador en las elecciones de hoy.
“Posiblemente salga algún otro candidato propuesto por Cristina, eso tendríamos que ver”, opina Zovatto, quien augura que el próximo presidente no saldrá del kirchnerismo pero sí del peronismo.