Buenos Aires. AP. La presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, estuvo a punto de desmayarse de la emoción cuando su nieto, sustraído durante la última dictadura militar, le dijo “abu” en el primer encuentro que mantuvieron después de que se revelara su verdadera identidad.
El joven, al que llaman Guido , es hijo de Laura Carlotto, asesinada durante el régimen militar de 1976 a 1983 poco después de dar a luz.
Carlotto detalló a la prensa los pormenores del encuentro que mantuvo con su nieto, cuya identidad se conoció esta semana . Ambos se reunieron el miércoles en la ciudad de La Plata, unos 70 kilómetros al sur de Buenos Aires.
“ Cuando se fue ¡uy el abrazo que le di! Y él me dijo ‘chau abu’... No me desmayé porque soy fuerte, pero por dentro me recorrió algo” , relató la dirigente, de 83 años.
El joven, de 36 años, tenía dudas sobre su identidad y se sometió voluntariamente a un análisis de ADN en el organismo oficial que guarda las muestras genéticas de los familiares de desaparecidos.
Después de pasar casi la mitad de su vida buscándolo, Estela Carlotto fue informada el martes por la Justicia del resultado positivo del análisis que confirmó que Guido era su nieto y el número 114 recuperado por las Abuelas desde que la organización se formó en 1977.
Carlotto sostuvo que el joven “es un ser humano maravilloso, positivo 100 por ciento”.
Laura Carlotto tenía 21 años cuando dio a luz al niño en 1978 durante su cautiverio. El bebé le fue arrebatado a las pocas horas de nacer. La mujer fue asesinada a balazos por sus secuestradores dos meses después del parto.
Guido reside en la localidad de Olavarría, al sureste de Buenos Aires, y ha evitado exponerse públicamente pese a que los medios de comunicación más importantes revelaron fotografías.
Sobre la familia que crió a su nieto, Carlotto dijo que son peones de campo que no habrían tenido conocimiento sobre el origen del niño cuando se les entregó.
Al respecto, la jueza federal a cargo del caso citó al joven a declarar la semana que viene.
La resolución se conoció el mismo día que Abuelas presentó un escrito a la magistrada solicitándole que se abstenga por el momento de convocar al nieto a los tribunales “para no entorpecer la revinculación” con la familia biológica.
Permanencia. La sustracción de la identidad de los menores nacidos en cautiverio o secuestrados junto a sus padres en la dictadura es considerada un delito permanente y, por lo tanto, imprescriptible.
Al comprobarse que Guido es hijo de desaparecidos se activa una investigación judicial para determinar la responsabilidad penal de sus padres adoptivos.
Según las Abuelas, unos 500 niños nacieron en cautiverio o fueron secuestrados con sus padres.
De acuerdo con las cifras oficiales durante la dictadura militar, tras la caída del gobierno peronista, desaparecieron unas 13.000 personas, en su mayoría obreros, militantes políticos y estudiantes.