Ginebra
La situación de los refugiados sirios en los países vecinos es cada vez más desesperada dado que sus condiciones de vida se degradan y no tienen ninguna esperanza de que mejore en el futuro cercano, alertó hoy el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Cuando se cumplen cuatro años de la guerra civil en Siria y se inicia el quinto sin ninguna esperanza de una solución política, el ACNUR alerta de que la mayoría de los 3,9 millones de refugiados sirios en Egipto, Irak, Jordania, Líbano y Turquía no ven ninguna perspectiva de poder volver a su país a corto plazo, pero tampoco ven opciones de “recomenzar” una vida en el exilio.
Más de la mitad de los refugiados en Líbano residen en viviendas precarias y muchos de ellos viven por debajo de la línea de la pobreza.
“Tras años en el exilio, los refugiados no tienen más ahorros y cada vez más de ellos tienen que pedir limosna, las mujeres venden sus cuerpos a cambio de dinero, y los niños trabajan”, denunció el alto comisionado para los refugiados, António Guterres, citado en un comunicado.
"Esta es la peor crisis humanitaria de nuestra era, y debería haber un clamor de respuesta global, y en lugar de eso, la ayuda cada vez es más escasa. Con los llamamientos humanitarios sistemáticamente quedándose cortos de fondos, simplemente no hay suficiente ayuda para cumplir con las colosales necesidades”, agregó Guterres.
En el interior de Siria, la situación se deteriora día a día, y actualmente más de 12 millones de personas necesitan ayuda para sobrevivir.
De ellos, casi 8 millones de sirios han sido forzados a abandonar sus hogares, y la mayoría viven en condiciones muy precarias.
Unos 4,8 millones de esas personas se encuentran en áreas de difícil acceso y, de ellas, 212.000 viven bajo sitio.
Una cuarta parte de las escuelas sirias están destrozadas o no son funcionales, y más de la mitad de los hospitales están destrozados.
De hecho, más de 2,4 millones de niños en el interior de Siria no van a la escuela, y entre los refugiados en países terceros, la mitad de los menores no asiste al colegio.
“Tenemos sólo una pequeña oportunidad de intervenir ahora para evitar una generación perdida”, concluyó Guterres.
Los niños. Según el informe de Unicef, unos 14 millones de niños de Oriente Medio se han visto afectados por los conflictos que devastan Siria y parte de Irak.
La organización aseguró que la situación de 5,6 millones de niños sirios es desesperada. De esta cifra, unos 2 millones viven sitiados en zonas a las que no se tiene acceso a la ayuda humanitaria debido a los combates.
Otros 3,6 millones de menores procedentes de comunidades vulnerables de los estados de acogida también están sufriendo el deterioro de los servicios educativos y sanitarios en sus países a causa de la llegada masiva de refugiados.
En cuanto a la crisis en Irak, la escalada de la violencia ha forzado a unos 2,8 millones de niños a abandonar sus hogares, mientras que muchos otros están atrapados en zonas controladas por grupos armados, según Unicef.
“Para los niños más pequeños, la crisis es todo lo que han conocido. Para los adolescentes en etapa de formación, la violencia y el sufrimiento no solo han aterrorizado su pasado, sino que determinan su futuro”, lamentó el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake.
En opinión de Lake, al cumplir el cuarto año de conflicto en Siria, que empezó en marzo de 2011, “la juventud está en peligro de perderse en el ciclo de violencia”.
Unicef menciona, sin embargo, algunos ejemplos positivos de cómo los niños están decididos a seguir con sus vidas, como el del sirio Alaa, de 16 años, que huyó de la ciudad de Homs y ha continuado sus estudios y da cursos de formación a otros menores.
También se refiere al caso de Christina, de 10 años, que vive en un campamento en el norte de Irak y que ayuda a niños más pequeños desplazados con sus estudios.
Con el fin de construir un futuro más estable y cubrir las necesidades de los niños, Unicef solicita que se de oportunidades para que puedan continuar su educación y formación.
La ayuda psicológica y el refuerzo de los sistemas educativos y sanitarios de los países de acogida son otros dos asuntos que Unicef pide mejorar para atender a los menores.