Ereván. Armenia afirmó el martes que un cazabombardero turco derribó uno de sus aviones militares, lo que fue inmediatamente desmentido por Turquía y Azerbaiyán, en el tercer día de mortíferos combates en la región separatista de Nagorno Karabaj.
Desde el domingo, las fuerzas del enclave separatista de Nagorno Karabaj, apoyadas política, militar y económicamente por Armenia, y las de Azerbaiyán, que recibe el respaldo de Ankara, se enfrentan en los combates más mortíferos desde el 2016.
Una intervención militar directa de Turquía supondría un importante giro, tras unos enfrentamientos que han causado cerca de 100 muertos y que continúan pese a los llamados a la calma de la comunidad internacional.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reunirá de urgencia el martes por la noche para tratar de evitar una guerra abierta entre Armenia y Azerbaiyán, que podría desestabilizar la región del Cáucaso sur e implicar a Rusia y Turquía, las potencias regionales.
Armenia declaró el martes que había perdido un avión de combate SU-25 y su piloto, derribados por un F-16 turco.
El aparato turco “despegó de un aeropuerto en la ciudad azerbaiyana de Ganja y apoyaba a la aviación y los drones azerbaiyanos que bombardeaban pueblos civiles en Vardenis, Mets Masrik y Sotk en Armenia”, según un portavoz del Ejército armenio.
Por su parte, el director de comunicación de la Presidencia turca, Fahrettin Altun, calificó esta acusación de “completamente falsa” y exhortó a Ereván a retirarse de los “territorios ocupados”.
“Esta información es una mentira más de la propaganda armenia”, agregó el portavoz del Ministerio de Defensa azerbaiyano, Vagif Dyargahly.
Luego de tres días de combates en Nagorno Karabaj, el Kremlin pidió el martes a Turquía que se abstenga de “echar más leña al fuego” y que trabaje por la paz en la región.
La víspera, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, había prometido que Ankara permanecería “al lado” de Bakú “por todos los medios”.
El balance oficial se elevaba a 96 muertos el martes, incluidos 80 soldados separatistas, que revisaron su recuento a la baja, y 16 civiles: 11 en Azerbaiyán y cinco en lado armenio. Pero ambos bandos afirman que han matado a cientos de militares enemigos.
El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, agradeció el “apoyo” de países “hermanos” (Turquía y Pakistán) y expresó que “si la comunidad internacional no es capaz de detener al irresponsable dictador de Armenia, entonces Azerbaiyán lo hará” y “restablecerá su integridad territorial”.
Al igual que Aliyev, el primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, instó el martes a continuar los combates.
El ministro de Defensa de Armenia indicó el martes que los secesionistas habían destruido 49 drones, seis helicópteros, 80 tanques, un avión militar y 82 vehículos militares azerbaiyanos desde el domingo.
Las autoridades de Nagorno Karabaj aseguraron que han recuperado las posiciones perdidas el día anterior, lo que Azerbaiyán niega, que sostiene que hicieron nuevos progresos y destruyeron “una columna motorizada armenia”.
Azerbaiyán, un país de habla turca con mayoría chiita, exige el retorno bajo su control de Nagorno Karabaj, una provincia montañosa poblada principalmente por armenios cristianos, cuya secesión en 1991 no fue reconocida por la comunidad internacional.
Enclave en disputa
Nagorno Karabaj es un territorio poblado mayoritariamente por armenio, inmerso en la República de Azerbaiyán.
FUENTE: AFP. || INFOGRAFÍA/ LA NACIÓN.
Tras semanas de retórica bélica, Bakú anunció el domingo que había lanzado una importante “contraofensiva” en respuesta a una “agresión” armenia, utilizando artillería, tanques y aviones en los ataques contra la provincia, que no controla desde la caída de la Unión Soviética y una guerra que cobró 30.000 vidas.
Estos nuevos combates suscitaron un impulso patriótico en estas exrepúblicas soviéticas. Shaddin Rustamov, un recluta azerbaiyano de 25 años, manifestó que estaba orgulloso de servir a su país. La reconquista de Nagorno Karabaj es “algo que esperábamos desde hacía 25 años, y espero que será el último año”, agregó, antes continuar un entrenamiento militar en Bakú.
Pedido de alto el fuego
Rusia, Francia y Estados Unidos -los tres mediadores en el conflicto dentro del llamado Grupo de Minsk- pidieron sin éxito un alto el fuego y negociaciones.
El martes, la canciller alemana, Ángela Merkel, declaró que “es urgente un alto el fuego inmediato y el retorno a la mesa de negociaciones”.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, también urgió a "detener la violencia" y a "reanudar negociaciones lo antes posible".
Rusia mantiene buenas relaciones con los dos beligerantes y quiere ser el árbitro regional. Sin embargo, sigue estando más cerca de Armenia, que pertenece a una alianza militar dominada por Moscú.
Todos los esfuerzos de mediación desde hace casi 30 años han fracasado para resolver este conflicto y Nagorno Karabaj se ve regularmente sacudido por brotes de violencia.
Ambos estados declararon la ley marcial el domingo y Armenia ordenó la movilización general.