Moscú. Armenia y Azerbaiyán, que se habían comprometido a “negociar” una solución pacífica para Nagorno Karabaj, se acusaron mutuamente este sábado de haber vulnerado la tregua pactada horas antes con la mediación de Rusia para esa región separatista.
El acuerdo, logrado en la madrugada del sábado con mediación rusa, entró en vigor a las 12 locales (2 a. m. hora de Costa Rica) y era relativamente respetado. La capital autoproclamada de Nagorno Karabaj, Stepanakert, parecía más tranquila tras días de combates intensos.
El alto el fuego debía permitir el intercambio de prisioneros de guerra y de los cuerpos de víctimas.
Según un periodista de la AFP, los bombardeos cesaron y las sirenas que avisan de ataques inminentes estaban mudas. Pero las calles de Stepanakert aparecían desiertas, excepto por la gente en búsqueda de comida.
Minutos después de que la tregua entró en vigor, ambos bandos enfrentados se acusaron de todas formas de haberla violado.
“Armenia viola de manera flagrante el alto el fuego”, declaró el Ministerio de Defensa azerbaiyano.
Por su parte, la portavoz del Ministerio de Defensa armenio, Shushan Stepanyan, afirmó que “a pesar del alto el fuego humanitario declarado previamente”, las fuerzas azerbaiyanas lanzaron un ataque a las 12:05 p. m.; es decir, cinco minutos después de que empezara la tregua.
Poco antes, el mediador Artak Belgarian, había afirmado en Twitter que las fuerzas azerbaiyanas "bombardearon de nuevo zonas civiles de Stepanakert".
Algunos habitantes se asomaban a las puertas de sus casas, observando el cielo y con el oído atento a cualquier eventual ataque, tras varios días de bombardeos en los que debieron huir o refugiarse en los sótanos.
“Ya conocemos a los azerbaiyanos, no se puede confiar en ellos. Pueden cambiar de opinión en cualquier momento”, afirmó Livon, chofer de taxi que se atrevió a volver a circular.
Stepanakert fue el blanco de bombardeos el sábado por la noche. Hacia las 11:30 p. m. hora local se escucharon siete fuertes explosiones, que hicieron temblar el suelo en toda la ciudad.
Inmediatamente después de esta salva, las sirenas de alarma sonaron durante varios minutos, llamando a los habitantes a resguardarse en sótanos y refugios.
Stepanakert quedó después en un silencio y oscuridad completos.
Este alto el fuego supone la primera esperanza seria de poner fin a los mortíferos enfrentamientos que oponen desde el 27 de setiembre a separatistas armenios de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj, apoyados por Ereván, y las fuerzas azerbaiyanas, y que han causado al menos 450 muertos.
Negociar una solución
En la mesa de diálogo auspiciada por Rusia, Azerbaiyán y Armenia también se comprometieron a realizar “negociaciones sustanciales para lograr rápidamente una solución pacífica” del conflicto bajo la égida del Grupo de Minsk (Rusia, Francia y Estados Unidos), precisó el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov.
El alto el fuego es “un primer paso importante, pero no sustituirá una solución permanente”, puntualizó este sábado el ministerio turco de Relaciones Exteriores, principal apoyo de Azerbaiyán.
Bakú dio “la última oportunidad a Armenia de retirarse de los territorios que ocupa”, añadió. Afirmó que “Azerbaiyán mostró a Armenia y al mundo que puede recuperar sus tierras ocupadas desde hace casi 30 años por sus propios medios”.
Una estudiante azerbaiyana de 20 años, Sitara Mamedova, se manifestó “decepcionada” en Bakú por la tregua.
“¡No al alto el fuego! El enemigo debe abandonar nuestras tierras o ser exterminado en nuestras tierras”, expresó.
Nagorno Karabaj es una región en la que rusos, turcos, iraníes y occidentales tienen intereses, por lo que se teme que el conflicto se internacionalice.
Turquía ya fue acusada de participar con hombres y armas en el conflicto, apoyando a Azerbaiyán, aunque Ankara lo niega.
El presidente ruso, Vladimir Putin, se entrevistó con su homólogo iraní, Hasán Rohaní, para explicarle sus esfuerzos de mediación, según el Kremlin.
No es la primera vez que ambos países empuñan las armas por esta región. En la guerra de 1988-1994 murieron más de 30.000 personas y provocó centenares de miles de refugiados.