Kiev. Ucrania acusó este sábado a Rusia de lanzar misiles contra el puerto estratégico de Odesa y de incumplir “siempre” sus promesas, un día después de que Moscú y Kiev sellaran un esperado acuerdo para reanudar las exportaciones de grano por el mar Negro, bloqueadas por la guerra.
“El puerto de Odesa fue atacado cuando cargamentos de cereales estaban siendo procesados (...). Atacaron un territorio donde se encuentra el grano”, manifestó a la AFP el vocero militar, Yuriy Ignat, después de que dos misiles de crucero Kalibr impactaran sobre la infraestructura portuaria y otros dos fueran derribados.
“Esto prueba que no importa lo que Rusia diga y prometa, siempre encuentra la forma” de no implementar los acuerdos, reaccionó el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski en una reunión con legisladores estadounidenses, según un comunicado.
Rusia no se ha pronunciado oficialmente sobre esta acusación, pero según el ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, rechaza haber atacado el puerto, uno de los designados para la exportación de grano.
Este episodio se produjo un día después de que ambos países firmaran un histórico acuerdo, por separado, con Turquía y la Organización de Naciones Unidas (ONU), en busca de aliviar la crisis alimentaria mundial.
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Las reacciones no se hicieron esperar. El presidente ruso Vladimir Putin “escupió en la cara del secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y del presidente turco, Recep (Tayyip) Erdogan, quienes han hecho enormes esfuerzos para alcanzar este acuerdo”, afirmó el portavoz del Ministerio ucraniano de Relaciones Exteriores, Oleg Nikolenko.
Guterres, a su vez, condenó “inequívocamente” el ataque y enfatizó que “la plena aplicación (del acuerdo) por la Federación Rusa, Ucrania y Turquía es imperativa”.
En la misma línea, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, aseguró que el ataque demostraba “el total desprecio de Rusia por el derecho y los compromisos internacionales”, mientras la ministra de Asuntos Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, dijo que era “completamente injustificado”.
“Este ataque arroja serias dudas sobre la credibilidad del compromiso de Rusia con el acuerdo de ayer (viernes)”, mencionó, por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en un comunicado.
Según el gobernador regional Maksym Marchenko, el bombardeo dejó “varias personas heridas”.
20 millones de toneladas de trigo
El convenio sellado en Estambul es el primer gran acuerdo entre las partes en conflicto desde la invasión rusa el 24 de febrero pasado y era esperado con ansias para ayudar a mitigar el hambre que, según la ONU, enfrentan 47 millones de personas adicionales debido a la guerra.
Ucrania se negó a firmar directamente en el mismo documento con Rusia, por lo que ambos países firmaron acuerdos idénticos por separado con Turquía y la ONU, en presencia de Guterres y Erdogan, en el palacio Dolmabahce de Estambul. “Hay un faro en el mar Negro, un faro de esperanza, un faro de alivio”, declaró Guterres poco antes de la firma.
Erdogan, pieza clave en la negociación, dijo esperar que el acuerdo “reviva el camino a la paz”.
Antes de firmar, Ucrania advirtió que daría “una respuesta militar inmediata” si Rusia viola el pacto y ataca sus barcos o incursiona en sus puertos. Zelenski sostuvo que la ONU debía velar por el cumplimiento del acuerdo, que incluye el tránsito de barcos con granos ucranianos por corredores seguros para evitar las minas en el mar Negro.
Hasta 20 millones de toneladas de trigo y otros granos están bloqueados en los puertos ucranianos, sobre todo en Odesa, por buques rusos de guerra y las minas que puso Kiev para evitar un ataque anfibio. Zelenski estima el valor de las existencias de granos de Ucrania en alrededor de $10.000 millones (unos 9.800 millones de euros).
Ataque en centro de Ucrania
Tras la firma, las potencias occidentales exaltaron el acuerdo y urgieron a Moscú a acatar sus disposiciones. Por otra parte, la Unión Europea (UE) expresó el temor de que Rusia comience a usar su control de las exportaciones energéticas como arma geopolítica en su disputa con Occidente.
El acuerdo sobre granos fue firmado un día después de que Rusia reiniciara la operación del gasoducto Nord Stream, pero analistas advierten que el suministro de gas será insuficiente para evitar una escasez energética en Europa el próximo invierno.
En el terreno, Rusia intenta tomar el control total de la provincia de Donetsk y de la vecina Lugansk. Ambas regiones conforman la región del Donbás, en el este de Ucrania, que vivió otro día de bombardeos intensos.
Dos estadounidenses murieron en esta zona, controlada parcialmente por separatistas prorrusos desde 2014, dijo el sábado a la AFP el departamento de Estado de Estados Unidos, sin precisar si se trataba de combatientes.
En el centro de Ucrania, al menos tres personas, entre ellas un militar, murieron y otras 16 resultaron heridas durante un ataque ruso con misiles contra infraestructuras ferroviarias y un aeródromo militar en Kirovograd, según el gobernador de la región, Andriy Raikovych.
Rusia también siguió bombardeando Járkov, la segunda ciudad ucraniana situada en el noreste. Los ataques dejaron al menos a una mujer herida este sábado, según la Presidencia.
Además, un hombre murió en la región de Sumy, al noroeste de la capital. Y otros dos, entre ellos un adolescente, resultaron heridos en ataques en Mikolaiv, la mayor ciudad bajo control ucraniano cerca de Jersón, ocupada por los rusos.
El viernes, Estados Unidos aprobó otros $270 millones (264 millones de euros) en ayuda militar a Ucrania, incluidos sistemas de misiles de precisión, munición de artillería y puestos blindados de comando de vehículos.
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