Erbil. EFE. Después de la fulgurante ofensiva de los insurgentes suníes , los frentes de batalla se han estabilizado en Irak, donde el número de víctimas se ha disparado en las últimas horas y cada bando habla de cientos de muertos.
Mientras el Ejército aseguró que ha acabado con la vida de 279 terroristas en 24 horas, los extremistas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL) difundieron, a través de una cuenta en la red social Twitter, fotografías de supuestas ejecuciones masivas, en las que habrían muerto unos 1.700 soldados.
Sin embargo, tanto el Ministerio del Interior como las Fuerzas Armadas declinaron confirmar la autenticidad de las imágenes.
“No hemos podido corroborar su veracidad. No sabemos si son del Ejército iraquí o de otro lugar, tampoco si son antiguas o recientes. No podemos comprobar el área de las supuestas ejecuciones porque es zona bajo control de los yihadistas”, dijo un vocero militar.
Pese a todo, reconoció que las imágenes podrían ser ciertas, puesto que las ejecuciones “son una práctica frecuente de este grupo terrorista, y ya lo han hecho más veces y en otras regiones” .
El Gobierno insiste en que está retomando gradualmente la iniciativa y que sus tropas, apoyadas por voluntarios chiíes, han logrado frenar el avance rebelde a un centenar de kilómetros de Bagdad.
Más advertencias. El Ejército advirtió ayer de que proseguirán los ataques con respaldo aéreo contra los insurgentes suníes, una amalgama compuesta por los yihadistas del EIIL, combatientes del antiguo Baaz (el partido único de Sadam Huseín) y milicianos tribales.
Según el vocero militar, Kasem Ata, las Fuerzas Armadas destruyeron 14 vehículos cargados con armas y con rebeldes, además del escondite de un supuesto cabecilla del EIIL en la base de al-Qaeda.
La situación en Bagdad donde se están llevando a cabo operaciones militares preventivas, está totalmente controlada, según Ata.
Ese aparente control no impidió que ayer un coche bomba matara a una decena de personas e hiriera a otras 20 en el centro de la capital.
Abrumado por la desbandada de sus tropas en Mosul el martes, que permitió a los insurgentes tomar, en apenas dos días, esa ciudad (la segunda del país) y Tikrit (cuna de Sadam Huseín), el llamado del Gobierno a la movilización ciudadana encontró un amplio eco entre los civiles de confesión chiíta.
El Ejecutivo creó ayer la Dirección para la Movilización Popular, que ha abierto centros de inscripción en todas las provincias.
Muchos voluntarios llegan a Bagdad en autobuses procedentes del sur del país, donde la presencia chiita es más numerosa.
Las amenazas de los insurgentes contra los santuarios chiíes de Kerbala y Nayaf han despertado nuevos temores a un conflicto sectario a gran escala, pero también parecen haber contribuido a movilizar a ciudadanos de a pie.