Moscú. Varios países europeos cruzaron el Rubicón al plantearse excluir a Rusia del sistema bancario Swift como respuesta por la invasión de Ucrania, acentuando la presión en el continente, donde miembros como Alemania y Hungría temen por su abastecimiento energético.
El jueves, los líderes europeos reunidos en Bruselas no decidieron ninguna medida de bloqueo a los bancos rusos de esta interfaz de pagos internacionales, mecanismo esencial de las finanzas mundiales. Países como Alemania, Austria y Hungría expresaron reservas de aplicar esta sanción, considerada maximalista, temiendo el impacto que tendría sobre los suministros de gas ruso.
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Este viernes, Karl Nehammer, el jefe del gobierno austriaco (país que compra del 70 al 80% de su gas a Rusia) pasó de oponerse a la medida a pedir “una exclusión de Rusia de Swift”. “No debemos esperar a que haya tiroteos y cadáveres en las calles de Kiev”, afirmó indignado el ministro letón de Asuntos Exteriores, Edgars Rinkevics.
El ministro de Finanzas francés Bruno Le Maire también se declaró a favor de esta sanción: “Varios países expresaron sus reservas, pero Francia no forma parte de ellos”. Una declaración que le distancia de su socio alemán. “Una suspensión de Swift tendría repercusiones masivas para las empresas alemanas en sus relaciones con Rusia, pero también para efectuar los pagos de entrega de energía”, se justificó el viernes el portavoz del gobierno alemán, Steffen Hebestreit.
‘Arma nuclear económica’
Swift, acrónimo de Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication, es una empresa con sede en Bruselas, sujeta a la legislación belga y europea. Fundada en 1973, es una de las redes de mensajería bancaria y financiera más importantes, que permite la liquidación interbancaria entre instituciones financieras de todo el mundo.
Concretamente, este sistema permite a un país como Alemania pagar electrónicamente sus compras de gas ruso. Según el sitio internet de la asociación nacional rusa Rosswift, Rusia es el segundo país después de Estados Unidos en número de usuarios de este sistema, con unos 300 bancos e instituciones miembros.
Bloquear a un país de este sistema se considera una “arma nuclear económica”, pues el impacto es importante para las relaciones financieras de ese país con el resto del mundo. Pero desconectar a un Estado de Swift es también impedir que sus propios bancos hagan transacciones con los bancos del país castigado.
“Si se desconecta a los bancos rusos de Swift, los pagos de importaciones y exportaciones con Rusia serán más difíciles”, confirma a la AFP Eric Dor, director de Estudios Económicos de la escuela francesa IESEG School of Management.
Deshonra
Un dato que no escapó a las naciones económicamente más dependientes de Rusia, como Alemania. “Siempre hay que tener cuidado de no dañarse a sí mismo más que a los demás. En este caso, las sanciones no tienen sentido”, declaró el diputado alemán Jürgen Trittin, especialista del internacional para el partido ecologista.
El jueves, el primer ministro húngaro Victor Orban se congratuló de que las sanciones decididas “no se extiendan a la energía”, garantizando “el suministro de gas a Hungría y a los demás Estados miembros de la UE”. De media, el 40% de las importaciones de gas en Europa provienen de Rusia, con diferencias importantes entre el 70-80% de Austria, el 55% de Alemania y el 17% de Francia.
Pero el punto de vista no es compartido por todos. “Los gobiernos de la UE que bloquearon las decisiones difíciles se han deshonrado”, declaró el expresidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, actualmente jefe del Partido de la Derecha PPE en el Parlamento Europeo.
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Una crítica expresada también por Ucrania. El primer ministro británico Boris Johnson abogó en la reunión del G7 por una medida de este tipo, según un portavoz. El presidente estadounidense Joe Biden aseguró el jueves que cortar a Rusia de la red Swift sigue siendo “una opción”, y reconoció que “actualmente no es una posición compartida por los europeos”.
En el 2014, poco después de la anexión de Crimea por parte de Rusia, la opción había sido discutida, pero finalmente abandonada.