Riad. EFE Riad recibió el miércoles al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, con pocas esperanzas de que las relaciones bilaterales den un giro positivo firme, debido a las diferencias y polémicas surgidas entre ambos países.
La visita de Obama, que se reunió el mismo día con el rey Salman bin-Abdelaziz y participará el jueves en una cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) , se produce cuatro días después de que el Gobierno saudí amenazó con vender activos del Tesoro estadounidense por $750 millones.
Esta amenaza fue la respuesta de Riad a un borrador de ley que permitiría a los tribunales de EE. UU. juzgar a responsables saudíes por su supuesta implicación en los atentados del 11 de setiembre del 2001.
Irán y Siria. Las relaciones entre ambos países se han tensado también en los últimos tiempos a causa del acercamiento de Washington con Irán, tras la firma del acuerdo nuclear con el Grupo 5+1, del que forma parte Estados Unidos.
El Gobierno saudí reprocha también a la Casa Blanca su tibieza contra la actuación del régimen de Bashar al-Asad en el conflicto sirio, además de su rechazo a armar a los rebeldes de esa contienda.
Este alejamiento entre ambas naciones ha provocado un acercamiento de Riad a varios Gobiernos europeos, especialmente al de Francia, con el objetivo de satisfacer sus necesidades en materia de defensa y ampliar la red de sus coaliciones.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, reconoció ayer que EE. UU. y sus aliados del Golfo tienen “diferencias significativas” sobre varios asuntos, algo que abordaría Obama en Riad.
El catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Rey Al- Saud, Faisal al-Mutawa, dijo que no cree que Obama añada algo nuevo a su propuesta de mayo del 2015, durante la anterior cumbre con el CCG, sobre el despliegue de sistemas antimisiles en los países del golfo Pérsico como poder disuasivo frente a Irán.
“(Obama) no está dispuesto a ejercer ninguna presión sobre Teherán, sino que espera que los saudíes busquen una fórmula de paz fría”, señaló.
Por su parte, el jefe de edición del periódico Al Yazira , Munif al-Safuqui, cree que “Obama está convencido de que el acuerdo nuclear con Irán es uno de sus logros más destacados en política exterior”, por lo que no cree que “los países de la región esperen conseguir más de él”.
“Quizá esperen a un nuevo presidente, después de las elecciones (en Estados Unidos), que tenga una mayor comprensión de los problemas de la región y que sea más eficaz en resolverlos”, agregó.
Asimismo, opinó que “las presiones del golfo Pérsico (especialmente Arabia Saudí) se centrarán en presionar a Obama para que dé un paso serio hacia el derrocamiento de Bashar al-Asad o en animar a Washington a que use la fuerza militar para presionar al régimen sirio a aceptar una solución política” a la crisis.
Al respecto, la tensión de EE. UU. con Arabia Saudí se ha extendido recientemente a otros países de la región por unos comentarios de Obama durante una reciente entrevista con la revista The Atlantic .
En esa entrevista, el mandatario calificó a algunos aliados de Oriente Medio y Europa de “oportunistas” por presionar a EE. UU. para que se implique en complicados conflictos que tienen poco que ver con sus intereses, sin poner ellos de su parte.
Por ello, al-Safuqui no es optimista sobre el cambio de las convicciones del presidente estadounidense.
“El interés de Obama ahora se centra en la lucha contra el terrorismo, en frenar el peligro del EI que se extiende por Europa”, señaló el periodista, que añadió que el mandatario “no ve a al-Asad como un peligro para el futuro de Occidente, aunque esté ejerciendo el terrorismo contra el pueblo sirio”.