Ciudad de Panamá
Los presidentes Barack Obama y Raúl Castro expresaron su disposición de avanzar en la reconciliación de sus países en la Cumbre de la Américas, donde este sábado sostendrán un histórico diálogo frente a frente.
"Los cambios de política hacia Cuba abren una nueva era en el hemisferio (...) El hecho de que el presidente Castro y yo estemos sentados aquí es un hecho histórico", expresó el presidente estadounidense en su discurso en la VII Cumbre de las Américas de Panamá.
De inmediato, al tomar la palabra, Raúl Castro expresó su voluntad de avanzar en un "diálogo respetuoso y a la convivencia civilizada entre ambos Estados dentro de nuestras profundas diferencias".
Ambos mandatarios se encontrarán al margen de la Cumbre en una bilateral de carácter privado, luego de que la noche del viernes, en la apertura del foro, un apretón de manos simbolizó su decisión anunciada el pasado 17 de diciembre de caminar hacia la reconciliación.
A un año y medio de concluir su mandato, Obama quiere aprovechar esta cumbre para marcar el inicio de una nueva era de relaciones con América Latina, en las que Cuba siempre fue motivo de discordias.
"Nunca antes las relaciones de Estados Unidos con América Latina fueron tan buenas", expresó Obama en su discurso.
Aunque los dos gobiernos mantienen en reserva los pormenores del encuentro, se espera que la reunión transcurra en un ambiente distendido, en medio del coro de presidentes latinoamericanos que elogió los acercamientos.
"Con el aplauso de todos los presentes, los dos líderes demostraron cuánto se puede avanzar cuando aceptamos las enseñanzas de la historia y dejamos atrás los antagonismos del pasado", expresó la presidenta brasileña Dilma Rousseff.
"Las cortesías entre los presidentes Obama y Raúl Castro ofrecen la esperanza de una Cumbre liberada de las cadenas de la Guerra Fría. El diálogo debe servir para incentivar la cooperación multilateral en diversos campos en los que por primera vez Cuba estará incluida a nivel continental", dijo a la AFP el académico cubano Arturo López Levy, de la Universidad de Denver (Estados Unidos).
Por primera vez desde que en 1994 comenzaron a realizarse estos foros hemisféricos, a instancias de Washington, la isla comunista ocupa una silla. Su puesto era reclamado por el conjunto de los países latinoamericanos, desde sus aliados de izquierda hasta los gobiernos de derecha.
Si bien Obama y Castro se saludaron brevemente durante el funeral de Nelson Mandela en 2013, ésta es la primera vez que se sientan juntos un presidente cubano y uno estadounidense desde que en 1956 Dwight Eisenhower y Fulgencio Batista se reunieron, también en Panamá.
"No se trata sólo de dos líderes sentados juntos. Es sobre todo el cambio de cómo Estados Unidos se compromete con Cuba, su gobierno, su gente, su sociedad civil. Creo que tendremos un impacto muy positivo no sólo para nuestros intereses (sino también) del pueblo cubano", dijo Ben Rhodes, asesor de Obama.
Analistas no descartan que Obama anuncie pronto la salida de Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo del Departamento de Estado -que completan Siria, Irán y Sudán-, aunque según Rhodes la decisión aún no esta tomada.
El retiro de esa lista allanaría el camino para la reanudación de nexos diplomáticos, pero queda mucho camino por recorrer para una normalización de relaciones.
Cuba reclama el territorio de Guantánamo que ocupa la base naval estadounidense y el fin del embargo impuesto en 1962; en tanto que Estados Unidos avances en derechos humanos.
En su intervención de este sábado, el mandatario ecuatoriano Rafael Correa saludó los acercamientos, pero afirmó que falta "extirpar el inhumano bloqueo y la devolución de Guantánamo".
La Cumbre ha acelerado los acercamientos. Raúl Castro se reunió con el presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Thomas Donohue, y con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
El jueves el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, conversó casi tres horas en Panamá con el canciller cubano, Bruno Rodríguez, sobre la apertura de embajadas en Washington y La Habana.
Desde diciembre, ambos países han tenido tres rondas de conversaciones y tratado temas relacionados con la apertura de embajadas, derechos humanos, comercio, telecomunicaciones y migración.