Jerusalén
Adorado y odiado a partes iguales, Benjamin Netanyahu ha acabado personificando el poder israelí de tal forma que las elecciones legislativas del próximo martes casi se han convertido en un plebiscito sobre su persona.
"Cualquiera menos Bibi", apodo de Netanyahu , es el lema no oficial que aúna a sus adversarios. Frente a ellos, el eslogan del actual primer ministro sería algo parecido a "Yo o los otros".
Miles de jóvenes voluntarios llevan a cabo una macrocampaña financiada por grandes fortunas para movilizar a los electores de izquierda y a los indecisos de derecha contra Netanyahu, mientras que 200 exgenerales, héroes de guerra, han constituido un lobby anti Netanyahu, por considerarlo un peligro para la seguridad de Israel.
Primer ministro más joven de Israel durante su primer mandato, de 1996 a 1999, y de nuevo en el cargo desde 2009, Netanyahu , de 65 años, alcanzaría una década en el poder si logra renovar su victoria.
El primer ministro se ha convertido en una figura de tal relevancia en el paisaje político israelí en los últimos 25 años que el diario Haaretz ha intentado "imaginar la vida sin Netanyahu ".
"Cuando Israel pierda a Bibi, seguramente haya momentos en los que lamentará no tener un líder de altura internacional, reconocido mundialmente y que —nos guste o no— hace que el mundo preste atención cuando toma la palabra sobre Irán o cualquier otro asunto", escribía el periódico.
Entre sus últimas intervenciones controvertidas hay la del 3 de marzo en el Congreso estadounidense, desafiando al propio presidente Barack Obama, para oponerse al acuerdo sobre el programa nuclear iraní.
O sus declaraciones tras los atentados islamistas en París y Dinamarca, al invitar a todos los judíos de Europa a emigrar a Israel.
Netanyahu se siente, sin matices, el "representante de todo el pueblo judío" y reivindica Israel como "el Estado Nación" de ese pueblo.
La colonización avanzando a buen ritmo durante todo su mandato, la última guerra de Gaza y el fracaso de la enésima tentativa de paz han marcado su relación con los palestinos.
Nieto de rabino e hijo de un historiador ultrasionista, excombatiente de las fuerzas especiales herido en combate y marcado por la muerte heroica de su hermano en una operación en Uganda contra un comando propalestino en 1976, Netanyahu no ha cesado de combatir el "terrorismo internacional" y el "extremismo islamista", si bien su nueva bestia negra es Irán.
Este último empeño ha contribuido a enturbiar aún más las relaciones con Obama: las relaciones entre los líderes israelí y norteamericano rara vez han pasado por momentos más bajos.
Bajo la dirección de este liberal, la economía israelí se encuentra en relativa buena salud, si bien muchos critican que las desigualdades siguen siendo escandalosas en el país.
Netanyahu "rezuma miedo. Nunca habíamos tenido un primer ministro que aterrorice de tal forma al país", asegura su adversario laborista, Isaac Herzog.
La disolución de su coalición de gobierno es su último desafío y solo las elecciones dirán si ha ganado o perdido.