Alepo, Siria. AFP. La ciudad siria de Alepo estuvo de nuevo, ayer, bajo el infierno de los bombardeos que dejaron decenas de muertos, mientras que el régimen aprobó el acceso de convoyes terrestres de ayuda humanitaria para 12 zonas sitiadas.
En la segunda ciudad de Siria murieron al menos 57 personas tras los ataques en los barrios rebeldes y en sus alrededores, los más violentos desde hace unos diez días.
“Bombardeos aéreos de una intensidad de locos” golpearon desde la madrugada, según un corresponsal en el terreno. Los ataques fueron tan violentos que la oración del viernes fue anulada en el barrio del este.
Al menos 43 civiles murieron tras el lanzamiento de decenas de barriles de explosivos, un arma destructiva denunciada por las organizaciones.
Otros 14 murieron cuando los aviones del régimen atacaron un autobús que circulaba cerca de la ciudad, por la carretera de Castello, la única que conecta con las zonas controladas por los insurgentes, añadió.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) informó de que diez civiles, incluyendo a una mujer y dos niños, perecieron en la zona de Alepo controlada por el régimen.
En el este de Siria, los bombardeos del régimen dejaron 15 civiles muertos, en cuenta tres mujeres y un niño en el área de al-Boleel, bajo control del grupo yihadista Estado Islámico, informó el OSDH.
“La carretera de Castello está cortada de facto porque cualquier movimiento está vigilado, ya sea de autobuses o de transeúntes”, declaró Rami Abdel Rahman, el director del OSDH.
“Esto quiere decir que los barrios rebeldes están totalmente asediados”, advirtió.
Según él, el régimen no solo quiere atemorizar a la gente para “impedir que circule” sino mostrar a los civiles de las zonas rebeldes “que su única salida son los barrios bajo su control”.
Antigua capital económica de Siria, Alepo está dividida en barrios controlados por los rebeldes en el este y barrios en manos de las fuerzas gubernamentales en el oeste.