Londres. El primer ministro británico, Boris Johnson, comenzó el miércoles una visita a Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudita en busca de aumentar la producción de petróleo para controlar los precios, disparados por la invasión rusa a Ucrania.
Johnson llegó a Abu Dabi para conversar con el príncipe heredero Mohamed bin Zayed y tenía previsto continuar el viaje a Riad, en momentos que Occidente busca terminar con su dependencia del petróleo ruso.
Se reunirá con el líder de facto saudita, el príncipe heredero Mohamed bin Salmán, lo que lo convierte en uno de los pocos gobernantes occidentales en visitar Riad desde el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi en 2018.
Johnson prometió plantear el tema de los derechos humanos con el príncipe Mohamed, pero destacó también la “relación muy importante” de Londres con los países del Golfo.
Indicó que la visita también buscará aumentar las inversiones británicas en la energía verde, incluido un anunció de mil millones de libras (1.300 millones de dólares) del grupo energético saudita Alfanar para un proyecto de producción de combustible de aviación a partir de desechos.
“No es solo cuestión de mirar a los países de la OPEP y ver lo que pueden hacer para aumentar la oferta, aunque eso es importante”, declaró Johnson a medios británicos.
“Cuando miramos la dependencia que Occidente en particular ha desarrollado sobre los hidrocarburos de Putin, sobre el petróleo y gas de Putin, podemos ver el error que eso ha sido porque él puede chantajear a Occidente”, agregó.
Un portavoz de Johnson dijo que también pediría a los príncipes condenar al presidente ruso, Vladimir Putin, por el asalto a Ucrania.
Arabia Saudita y EAU, dos de los mayores exportadores mundiales de petróleo, tienen vínculos con Moscú y han evitado posicionarse contra Rusia.
Pero Johnson dijo antes de partir que el impacto del ataque “brutal y no provocado” de Rusia se sentirá más allá de Europa.
Misión difícil
Aseguró que conforme las sanciones occidentales comienzan a golpear, se necesitará una nueva coalición internacional para evitar que impacten a los consumidores, ya afectados por el creciente costo de la vida.
“Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos son socios internacionales clave en ese esfuerzo”, señaló en un comunicado.
“Trabajaremos con ellos para garantizar la seguridad regional, apoyo para el esfuerzo de socorro humanitario y la estabilización a largo plazo de los mercados energéticos mundiales”, agregó.
Johnson espera persuadir al líder saudita a que aumente la producción petrolera de su país para ayudar a reducir el precio del crudo.
Rusia es el mayor productor mundial de gas y el segundo mayor productor de petróleo, superado solo por Arabia Saudita.
Pese a ello, Reino Unido planea desfasar las importaciones de crudo ruso para finales del año como parte de las sanciones contra Rusia.
Pero Torbjorn Soltvedt, analista de Verisk Maplecroft, dijo a AFP que será difícil que Johnson logre cambiar la política petrolera saudita.
“Arabia Saudita ha sido renuente hasta ahora a desviarse del actual marco de la OPEP+, que contempla pequeños aumentos mensuales en la producción”, explicó.
Consideró que UAE “podría estar un poco más anuente a abrir las llaves”.