Río de Janeiro. AFP. Protestas contra la presidenta Dilma Rousseff han sido convocadas para este domingo en todo Brasil, cuando el país atraviesa un panorama económico complejo y la mayor investigación de corrupción de su historia.
Menos de tres meses después de iniciar su segundo mandato presidencial, la exguerrillera de izquierda, reelegida en octubre por un ajustado margen de 3 puntos porcentuales, se enfrenta a duras críticas por la situación económica –crecimiento magro desde hace cuatro años y ahora estancado, déficit de cuentas públicas y de balanza comercial, inflación elevada (7,7% en 12 meses), devaluación de 30% del real en 12 meses– y también por la gigantesca trama de corrupción descubierta en la firma estatal Petrobrás.
Su popularidad cayó 19 puntos en febrero, a 23%, y en barrios ricos de São Paulo y otras ciudades del país su discurso del domingo a favor de un ajuste económico fue objeto de cacerolazos. Rousseff fue abucheada luego en el Salón de la Construcción, también en la capital económica del país.
Rousseff dijo que las protestas son legítimas, pero aclaró que “la elección se terminó, hubo primer y segundo turno. Tercer turno de elecciones no puede haber a no ser que se quiera una ruptura democrática”.
Brasil vive un clima político de gran incertidumbre luego de que la Corte Suprema autorizó la investigación de 47 políticos por su supuesto involucramiento en la trama de sobornos y lavado de dinero de Petrobras. La mayoría pertenecen al Partido del Trabajo (PT) o a miembros de la coalición de gobierno.
El grupo Movimiento Brasil Libre, que defiende el liberalismo económico y el combate a la corrupción, reclama la destitución de Rousseff. También Revoltados Online, que ha defendido la intervención militar en el pasado y utiliza a veces mensajes con connotaciones religiosas.
El ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, pidió a los brasileños manifestarse “sin odio” y “alejarse de posturas golpistas”.
Los movimientos esperan reunir el domingo a decenas de miles de personas –sobre todo en Sao Paulo, donde aguardan 200.000–, pero aún se desconoce cuál será el tenor de estas protestas.
Una marcha contra Rousseff realizada el miércoles en pleno centro de Río de Janeiro convocó a solo 20 personas.
Otras marchas en defensa de la democracia, de Petrobras y de la reforma política han sido convocadas para el viernes por sindicatos afines al PT como la Central Única de Trabajadores (CUT) y movimientos sociales como los Sin Tierra, también en varias ciudades del país.
No obstante, estos grupos protestarán “para exigir cambios en la política económica del gobierno (no al alza de la tasa de interés y a las medidas de ajuste de carácter regresivo y recesivo)”, según la CUT.
Las marchas evocan las violentas protestas de junio del 2013, cuando más de un millón de personas se volcaron a las calles en rechazo a un aumento de la tarifa del transporte y luego contra la corrupción política y los gastos públicos para la Copa del Mundo, de la cual Brasil fue anfitrión un año después.