Managua. Nicaragua cumple ya mes y medio de protestas contra el gobierno del presidente Daniel Ortega que ya cobraron casi 100 vidas, a la vez que la tensión y las demandas por elecciones anticipadas y la renuncia del mandatario continúan en aumento.
Los enfrentamientos entre opositores contra policías y civiles armados afectos al partido gobernante, el miércoles en la tarde y noche, causaron al menos 15 vidas y elevaron a 98 la cifra provisional de víctimas fatales desde el 18 de abril, cuando empezaron las manifestaciones antigubernamentales originadas por la imposición de una reforma a las cuotas trabajadores y patronos al sistema de pensiones.
El clima de violencia llevó este jueves a los obispos a suspender el diálogo nacional en el cual la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) funge como mediadora.
Los prelados dijeron que las pláticas no se reanudarán mientras “el pueblo siga siendo reprimido y asesinado”.
La administración de Ortega, por su lado, rechazó ser responsable de los hechos que se desencadenaron el miércoles en Managua y otras ciudades, y sostuvo que esos actos fueron obra de grupos de oposición con “agendas políticas específicas” que buscan “aterrorizar” a la población. Los calificó como “una conspiración” que pretende destruir la seguridad y la vida en el país.
Allende las fronteras, el Parlamento Europeo condenó el jueves la “brutal represión” contra los manifestantes en e instó a Managua a poner fin “a todos los actos de violencia” y a adoptar “una reforma electoral con miras a unas elecciones justas”.
Por 536 votos a favor, 39 en contra y 53 abstenciones, los eurodiputados reunidos en Estrasburgo (noreste de Francia) urgieron también a los manifestantes y a las organizaciones al frente de las protestas a “que se abstengan de recurrir a la violencia durante el ejercicio de sus derechos”.
Estados Unidos se sumó a la condena de la violencia y advirtió a las autoridades nicaragüenses de que los violadores de derechos humanos deberán rendir cuentas al mundo.
“La comunidad internacional y los ciudadanos de Nicaragua han urgido reiteradamente al gobierno nicaragüense a que ordene a su policía y sus matones que detengan la violencia, respeten los derechos humanos y creen las condiciones para un futuro pacífico”, indicó la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert.
En el mismo sentido se manifestó este jueves el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien llamó a detener la represión.
Aquí mi mensaje sobre el trágico día #30May en #Nicaragua pic.twitter.com/mip0zctvj2
— Luis Almagro (@Almagro_OEA2015) May 31, 2018
“Condenamos los asesinatos cometidos ayer (miércoles) por las fuerzas represivas y los grupos armados y nos solidarizamos con los familiares de las víctimas. Llamamos al Estado a detener la violencia de estos factores represivos”, dijo en un video publicado en el sitio web de la OEA.
Jornada cruenta
Los incidentes del miércoles figuran entre los más graves desde que se desencadenaron las protestas, el 18 e abril.
De acuerdo con un informe de la Policía, se registraron al menos 15 fallecidos por arma de fuego y 199 heridos.
Previamente, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) había dado cuenta de 11 muertos y 79 lesionados.
En Managua, la jornada del miércoles dejó escenas de pánico, cuando una multitudinaria marcha opositora llegaba a la Universidad Centroamericana (UCA) y tuvo que refugiarse en comercios cercanos y en la catedral debido a los disparos de las fuerzas de seguridad y grupos afines al gobierno de Daniel Ortega, quien poco antes aseguró que no dejaría el cargo.
El miércoles fue el Día de la Madre en Nicaragua y las progenitoras de los asesinados durante las protestas de abril y mayo organizaron una marcha por las principales calles de Managua, la cual fue acompañada por decenas de miles de personas.
“Los agresores fueron la policía represiva y las fuerzas de choque” que responden al presidente Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo,sostuvo el Cenidh en un informe.
Durante los incidentes también resultaron quemadas instalaciones de la emisora oficialista Radio Ya, una cooperativa de crédito rural y hubo destrucción de la fachada del estadio nacional de béisbol.
También fueron atacados el canal opositor 100% Noticias y las plantas de transmisión de Radio Darío (antigubernamental), en León, denunciaron sus propietarios.
Minutos antes del ataque a la manifestación, el presidente Daniel Ortega habló en un acto frente a una manifestación de simpatizantes y dijo que estaba comprometido con “retomar el camino de la paz”.
“Nicaragua nos pertenece a todos y aquí nos quedamos todos”, expresó en alusión a los pedidos para que se aleje del poder.
Para el analista político Óscar René Vargas, con tales palabras Ortega dejó ver que está dispuesto a quedarse en el poder a cualquier precio.“No importa la cantidad de gente que tenga que morir”, manifestó.
“(Ortega) se está quedando solo con una parte de los empleados del Estado, la policía represora y turbas a las que les paga para que actúen como paramilitares, y a nivel internacional también está quedando aislado”.