Santiago
Miles de chilenos marcharon nuevamente este domingo en rechazo al actual sistema de jubilación con ahorros manejados por empresas privadas, heredado de la dictadura de Augusto Pinochet, y en demanda de un nuevo modelo con participación del Estado.
Los manifestantes, unos 75.000 -según los organizadores de la protesta- y 15.000 -de acuerdo a la Policía-, marcharon por el centro de Santiago para reclamar contra este sistema controlado por las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). Estas constituyen empresas privadas que son el blanco de las críticas por las modestas pensiones que pagan, en contraste con las suculentas ganancias que obtienen.
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"Creemos que esto puede hacer el cambio, no queremos más AFP porque nos han engañado, porque nos han dado pensiones miserables", afirmó Jimena Morales, una de las participantes en la marcha.
La marcha se realizó al ritmo de tambores, gritos y cánticos de los manifestantes que soportaron una intermitente lluvia primaveral y un intenso frío.
Los manifestantes rechazan el sistema de pensiones introducido en 1981 por Pinochet, mediante el cual las AFP administran los fondos de pensiones de unos 10 millones de chilenos. Estos alcanzan los $170.000 millones, que son invertidos en acciones o renta fija y cuyas pérdidas son asumidas por los cotizantes.
Los trabajadores aportan el 10% de su salario mensual a su fondo de jubilación. Los manifestantes critican el sistema, pues, en un inicio, las AFP pagarían una pensión equivalente al 70% del último salario; pero en la actualidad pagan un promedio de unos $400 por mes. Este monto se encuentra por debajo del salario mínimo chileno (unos $420).
A esto se suma que el fondo de jubilación es individual y no recibe aportes del empleador ni del Estado. Anteriormente, estos ahorros eran manejados por entidades públicas.
Descontento. "El sistema de capitalización individual nos ha llevado a creer que nosotros somos dueños de nuestros fondos, pero no es así, ellos se lucran con nuestros fondos y nos entregan pensiones miserables", afirmó María Isabel Bufané, una trabajadora de 60 años.
La protesta fue convocada por el movimiento 'No+AFP', que esperaba alcanzar una convocatoria cercana al millón de personas a nivel nacional, tal como ocurrió en las dos anteriores manifestaciones.
Las manifestaciones hicieron presión sobre el gobierno de la socialista Michelle Bachelet, quien decidió reformar el sistema de pensiones a un costo de $4.000 millones para el Estado.
La propuesta, que aún no ha sido plasmada en un proyecto de ley, incluye aumentar en 5 puntos desde el 10% actual la tasa de cotización individual, con cargo al empleador, para aumentar el ahorro de los trabajadores, fortalecer una pensión estatal universal mínima, crear una AFP estatal y que las AFP devuelvan las comisiones por administración cuando sufran pérdidas en el manejo de los fondos.
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"Nosotros vamos en la dirección contraria, queremos poner fin a este sistema espurio que nos tiene condenados a una camisa de fuerza por casi 35 años", declaró Luis Mesina, vocero del movimiento No+AFP.
Los manifestantes demandan "la implementación de un sistema tripartito en el que aporte sea del trabajador, el empleador y el Estado", explicó Mesina.
Por su parte, las AFP han manifestado su disposición de realizar mejoras e incluso subir de 60 a 65 la edad de jubilación de las mujeres, lo que a su juicio mejoraría en un 50% el monto de la pensión, pero rechazaron la idea de cambiar el actual sistema de jubilación.