Washington. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) solicitó a Nicaragua proteger la vida del obispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, miembro de la mesa de diálogo con el gobierno instaurada en medio de las protestas contra el presidente Daniel Ortega.
“Los derechos a la vida e integridad personal de Silvio José Báez Ortega y sus familiares se encuentran en grave riesgo”, señaló la CIDH, órgano autónomo de la Organización de Eados Americanos (OEA), en un comunicado fechado el jueves en el que pide al Estado nicaragüense asegurar que sus agentes cumplen con los estándares establecidos por el derecho internacional.
Para fundamentar su decisión, la CIDH señaló que Báez “habría sido objeto de acciones de ‘descrédito’, ‘amenazas de muerte’, así como de presuntos ‘ataques del gobierno orquestados a través de periodistas y medios de comunicación oficialistas y cuentas anónimas en redes sociales como Facebook y Twitter".
El obispo y sus familiares fueron supuestamente incluidos en una lista de personas a “eliminar” y estarían siendo vigilados “de manera constante”, señaló la Comisión, que mencionó incluso imágenes divulgadas en Facebook que muestran a una persona exhibiendo un arma con la que pretendería atentar contra Báez.
La CIDH destacó el “efecto amedrentador” que esta situación podría tener sobre la participación de Báez en la mesa de diálogo, así como sobre la del resto de los integrantes, y urgió al Estado a tomar medidas de protección en favor del obispo y sus familiares para evitar la repetición de estos hechos.
Paulo Abrao, secretario ejecutivo de la CIDH, dijo a la AFP que la Comisión está considerando solicitar más medidas cautelares para otros miembros de la Iglesia católica que participan en los esfuerzos de pacificación.
Báez, nacido en la ciudad de Masaya en 1958, ha sido una de las voces más críticas con el gobierno de Ortega desde que el 18 de abril estallaron las movilizaciones que exigen la renuncia del mandatario.
“En Nicaragua ha existido una dictadura desde hace muchos años”, ha dicho el prelado, quien brega por la “democratización” del país.
El diálogo entre el gobierno y la oposición para buscar una salida a la crisis se encuentra suspendido.
La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), mediadora de las pláticas, anunció el jueves que no lo reanudará mientras “el pueblo siga siendo reprimido y asesinado” en las calles.
Las protestas entre miércoles y jueves en varias ciudades del país dejaron al menos 15 muertos, elevando a un centenar la cifra de fallecidos en un mes y medio, según organismos de derechos humanos.
Durante una visita a Nicaragua del 17 al 21 de mayo, la CIDH documentó “centenares de denuncias que evidencian graves violaciones a los derechos humanos que se caracterizan por el uso excesivo de la fuerza por parte de los cuerpos de seguridad del Estado y también de terceros armados”, según dijo en un informe preliminar.