La embajada de Estados Unidos en Israel fue inaugurada este lunes en Jerusalén y reanimó las enemistades en el conflicto palestino-israelí.
Esta acción diplomática, que coincidió con el 70 aniversario de la creación del Estado de Israel, provocó protestas en la Franja de Gaza que dejan más de 50 muertos y generó agitación en la comunidad internacional.
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Estas son las claves para entender la controversia generada por la decisión del presidente estadounidense Donald Trump y su efecto en el conflicto entre Palestina e Israel.
¿Cómo pasó?
Desde la campaña electoral del 2016 Trump expresó su intención de mover la embajada estadounidense de Israel a Jerusalén.
“Hoy finalmente reconocemos lo obvio: Jerusalén es la capital de Israel”, dijo Trump el 6 de diciembre cuando informó el traslado de la embajada. “Es lo correcto, es algo que se tiene que hacer”, apuntó.
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Según Trump, la evasiva de otros presidentes estadounidenses de reconocer a Jerusalén como la capital israelí no ha ayudado a conseguir la paz entre Israel y Palestina.
¿Por qué importa?
Para los palestinos, la apertura de la embajada estadounidense en Jerusalén ignora su reclamo de Jerusalén Este como capital del Estado de Palestina, reconocido por 137 países (Costa Rica incluida desde el 2008), mientras que para los israelíes es la reafirmación de su declaratoria de 1980 que afirma que Jerusalén "entera y unificada" es la capital de Israel.
Además, Trump corta con la línea diplomática de sus antecesores, que pretendía evitar una respuesta hostil por parte de las autoridades palestinas.
El año anterior, el anuncio del traslado de la embajada fue rechazado por 128 de los 193 países miembros de las Naciones Unidas (ONU). Posteriormente, Guatemala, Honduras y Rumania comunicaron su intención de mover sus embajadas de Tel Aviv a Jerusalén.
La movida de Trump también encendió las protestas en la frontera entre la Franja de Gaza e Israel por la conmemoración del nakba (desastre), término con el que los palestinos describen la expulsión de miles de árabes del recién formado Estado de Israel en 1948.
Las protestas ya dejaron 55 palestinos muertos por la respuesta de las fuerzas israelíes, el episodio más sangriento en Gaza desde los ataques de Israel del 2014. Amnistía Internacional calificó la represión de las protestas como una “abominable violación” de los derechos humanos.
¿Quiénes están involucrados?
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, expresó su júbilo en la apertura de la misión diplomática.
“Este es un momento histórico. Presidente Trump, al reconocer lo que pertenece a la historia, usted hizo historia”, dijo Netanyahu.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, declaró tres días de luto en los Territorios Palestinos y aseveró que “Estados Unidos ya no es un mediador en Oriente Medio”.
Los países musulmanes, liderados por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, respaldaron en diciembre el reconocimiento de Jerusalén Este como capital palestina.
Por su parte, Irán, calificó este lunes como el “día de la vergüenza”. “El régimen israelí masacra a sangre fría a innumerables palestinos que manifiestan en la prisión más grande a cielo abierto del mundo”, afirmó el jefe de la diplomacia iraní, Javad Zarif, en Twitter.
Irán e Israel han aumentado peligrosamente sus tensiones por encuentros militares en Siria. Los iraníes empeoraron además sus relaciones con Estados Unidos, después de que Trump se retirara del acuerdo nuclear con la República Islámica.
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El abandono de este acuerdo y el traslado de la embajada israelí también deterioró las relaciones entre Estados Unidos y sus mayores aliados europeos: Francia y Reino Unido, que rechazaron ambas decisiones del gobierno de Trump.
¿En qué contexto se da el anuncio?
La histórica Jerusalén es sagrada para tres religiones: judaísmo, islam y cristianismo. Israel la reclama como capital aduciendo una relación de más de 3.000 años de los judíos con la ciudad.
El plan de la ONU de 1947 para dividir el Mandato Británico de Palestina en un estado judío y otro árabe establecía que Jerusalén tendría un estatus internacional bajo administración de la ONU. El plan de partición fue rechazado por los países árabes que atacaron Israel en 1948 y perdieron la guerra.
El sector oriental de Jerusalén quedó en manos de Jordania hasta la Guerra de los Seis Días de 1967, cuando Israel volvió a vencer a sus adversarios árabes y tomó el control de la zona. Actualmente, la ONU considera Jerusalén Este como territorio ocupado por Israel.
Costa Rica fue el primer país del mundo en tener su embajada en Jerusalén por decisión del Gobierno de Luis Alberto Monge en 1982, lo que fue luego revocado por Óscar Arias en el 2006, que la regresó a Tel Aviv.
“Es hora de rectificar un error histórico que nos daña a nivel internacional y nos priva de casi cualquier forma de amistad con el mundo árabe”, dijo Arias en esa ocasión.
¿Qué sigue?
La posición de Trump disminuyó la ya lejana posibilidad de un acuerdo de paz. Ahora, Palestina se mostrará más renuente a negociar con Estados Unidos.
Mahmud Abas, al referirse al plan de paz prometido por el presidente estadounidense aún no revelado, aseguró que “no aceptaremos nada de su parte, no escucharemos nada que venga de ellos”.
La organización Hamás, al control de la Franja de Gaza y considerado grupo terrorista por Estados Unidos e Israel, anunció medidas ante la escalada del conflicto.
Jalil al-Haya, uno de los responsables de Hamás, afirmó que “las fuerzas de resistencia, en primer lugar Hamás y las brigadas Ezzedin al-Qasam (brazo armado de Hamas), no se quedarán calladas ante los crímenes” israelíes.
Por su parte, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, reafirmó el compromiso de Washington con una “paz global y duradera entre Israel y palestinos”.