Bogotá. Colombia rechazó este viernes la calificación de “narcoestado” que le lanzó Daniel Ortega y acusó al presidente de Nicaragua de querer “distraer” la atención internacional sobre su cuestionada reelección.
"El Gobierno de Colombia expresa su profunda preocupación frente a la estrategia que ha decidido usar Daniel Ortega para distraer la atención de una comunidad internacional que rechaza con vehemencia la nueva dictadura que se instala en el país centroamericano", expresó la cancillería colombiana en un comunicado.
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“La respuesta de Ortega consiste en atacar a Colombia para distraer la atención y la censura internacional sobre su total ilegitimidad”, agregó. El jueves, durante una ceremonia de graduación de policías en Managua, el mandatario nicaragüense manifestó que el país suramericano “es un narcoestado donde los crímenes son impresionantes”.
Ortega se preguntó “con qué autoridad puede hablar Colombia de seguridad y de los derechos humanos en Nicaragua si ahí se violan los derechos humanos permanentemente”. También criticó la falta de “seguridad” en el país andino, citando cifras de excombatientes de la exguerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que “fueron asesinados tras firmar la paz, en el 2016″.
El gobierno conservador de Iván Duque, junto a otros 24 países miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA), desconoce las elecciones del 8 de noviembre en las que Ortega obtuvo su cuarto mandato consecutivo mientras varios de sus principales opositores estaban presos.
El presidente Duque aseguró el 8 de noviembre que “lo que hay hoy en Nicaragua no son unas elecciones libres. Eso no nos tiene que sorprender porque eso era crónica de un fraude anunciada. Los candidatos opositores iban a la cárcel, el sector privado a la cárcel, la prensa se acallaba. La postura de Colombia es de defensa irrestricta de la Carta Democrática Interamericana y nosotros no podemos reconocer unas elecciones que han sido fraudulentas ante los ojos del mundo”.
El pasado 16 de diciembre, durante un acto de graduación de policías en Managua, Ortega habló del Acuerdo de Paz firmado en 2016 con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y aseguró que, aún después de firmado el acuerdo, “asesinaron a más de 1.000 guerrilleros o familiares”, incumpliendo con lo pactado.
Ortega dijo que en Colombia “no hay seguridad” y reveló una conversación que él tuvo con el fallecido expresidente colombiano Belisario Betancur, quien, según él, le dijo que “en Colombia tenemos una situación que es trágica, que es el narcotráfico, el lavado de dinero, que está allí, y ese dinero circula por todos lados, y de tal manera que la crisis del café no afecta”.
El exguerrillero nicaragüense, en el poder desde el 2007, enfrenta fuertes críticas internacionales y advertencias de sanciones económicas, principalmente desde Estados Unidos. En el comunicado de este viernes, la Cancillería colombiana lo volvió a calificar como un “dictador”.
Los países “demócratas del mundo entero seguiremos instando a la comunidad internacional para que aplique a todos los miembros del régimen de Nicaragua las sanciones económicas y personales”, añadió.
En julio, Bogotá llamó a consultas a su embajador en Managua en rechazo a la detención de los principales rivales de Ortega, quien respondió con idéntica medida. Desde el 2012, Nicaragua y Colombia mantienen una disputa en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya sobre los límites marítimos en el Caribe que debilitaron sus relaciones.