Gaza. Las familias pensaban estar a salvo en el hospital Al Shifa de Gaza, pero los combates y bombardeos son incesantes y miles de civiles se encuentran atrapados, sin posibilidad de escape.
“Si salimos, nos acribillarán”, afirma Ahmed al Shawa, de 18 años, quien llegó a Al Shifa tras huir de su barrio Tel al Hawa, en la ciudad de Gaza, donde las tropas israelíes luchan contra los combatientes del movimiento palestino Hamás.
No obstante, si este joven permanece en el hospital, corre el riesgo de acabar bajo las bombas que asolan la Franja de Gaza desde hace más de un mes.
El 7 de octubre, el movimiento Hamás, que gobierna este territorio palestino, lanzó un ataque contra Israel sin precedentes que dejó 1.200 muertos, en su mayoría civiles, según las autoridades israelíes.
En respuesta, Israel lanzó una ofensiva que provocó más de 11.000 personas en la Franja de Gaza, según el ministerio de Sanidad de Hamás.
Como todos los demás desplazados refugiados en Al Shifa, Ahmed al Shawa abandonó el patio del hospital para instalarse en las salas atestadas del mismo.
El joven contó que fuera, la metralla cayó donde estaban los desplazados instalados en carpas precarias.
En los pasillos y entre las camas, se hacinan enfermos, heridos y desplazados.
La Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) informó que “los bombardeos israelíes en torno a los hospitales de la ciudad de Gaza y del norte de la Franja de Gaza se intensificaron” desde el viernes.
Según la OCHA, 20 de los 36 hospitales que hay en la Franja de Gaza están “fuera de servicio”.
“La situación es muy peligrosa”
Al mediodía del sábado, miles de desplazados en el hospital de Al Shifa intentaban hacerse oír en medio de ensordecedoras explosiones.
“Hay ataques a diez metros del hospital”, relata Ahmed al Shawa entre los tiros de artillería.
“La situación es muy peligrosa”, agregó el joven que intenta evacuar a su familia y dirigirse hacia el sur, una instrucción que Israel emitió hace semanas.
Mohamed, por su parte, afirma que “se quedará hasta el final, pase lo que pase”.
Es conductor de ambulancias y no quiere abandonar Al Shifa aunque, por el momento, no pueda hacer su trabajo. “Desde ayer los francotiradores disparan directamente contra nuestras ambulancias”, dijo.
El ejército israelí acusa desde hace años a Hamás de “utilizar” los hospitales para esconder a sus combatientes, sus armas y sus túneles.
El 3 de noviembre, confirmó que atacó a una ambulancia en el exterior de Al Shifa, ya que afirmó que fue utilizada por Hamás.
“No nos iremos de aquí. Funcionaremos a la luz de las velas si es necesario”, promete el director del hospital, Mohamed Abu Salmiya, que relató que durante la noche “se cortó la electricidad durante cuatro horas” después de que un “generador fuera alcanzado por los ataques”.
Por la mañana, el gobierno de Hamás anunció “ataques” y “bombardeos” israelíes contra Al Shifa.
Este sábado, según Ashraf al Qidreh, portavoz del ministerio de Sanidad de Hamás, “una persona murió y varias otras resultaron heridas” en ataques contra la unidad de cuidados intensivos donde había unos sesenta pacientes, según el hospital.
Por la mañana, el ejército israelí anunció la apertura hasta media tarde de las dos rutas de salida de la ciudad de Gaza hacia el sur, como hizo el día anterior.
Pero los desplazados refugiados en Al Shifa creen que estos corredores están fuera de su alcance.
La doctora Marwa Abu Sada, jefa de la unidad de cirugía, dijo a la ONG Medical Aid for Palestinians que “nadie puede salir del hospital”.
“Las personas que intentaron salir fueron tiroteadas”, afirmó. “Algunos murieron, otros resultaron heridos”.