Luego de 88 años sin que Cuba recibiera a un mandatario estadounidense en ejercicio, Barack Obama empezará este domingo 20 de marzo una gira histórica en La Habana. La visita representa el gesto más simbólico desde que en diciembre de 2014 empezó el proceso de normalización entre ambos países.
Durante los tres días en la isla, Obama se reunirá con el presidente Raúl Castro, tendrá un encuentro con disidentes y dará un discurso a los cubanos, el cual será transmitido por radio y televisión.
¿Cuál es el significado de esta visita? ¿Qué podría cambiar? ¿Cuál es el papel que está jugando Cuba en América Latina? Estas son las claves para comprender el contexto en el que se lleva a cabo esta gira. La guía se efectuó con los aportes de los analistas Carlos Murillo y Guillermo Barquero.
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Un viaje con sentido a La Habana
Para el presidente estadounidense Barack Obama la visita a Cuba es una posibilidad de mover aún más el proceso de acercamiento con Cuba a pesar de que sigue el embargo como tema pendiente. Sin duda, este es un nuevo paso que permite un mejoramiento entre las relaciones de ambos países.
Además, el hecho de que Estados Unidos esté en la precampaña electoral le da a Obama un margen de maniobra para desligarse un poco de lo interno para poder hacer la visita, a diferencia de cuando ya estén más cerca las elecciones presidenciales.
Y cargado de significado
La presencia de Obama es una forma de garantizar que el proceso de normalización continúa, pues él necesita demostrar que tiene un compromiso y que va a seguir adelante. También es una manera de presionar a La Habana para que los cambios se den con más celeridad; por ejemplo, aunque ya se han aprobado leyes que permiten y facilitan la inversión extranjera directa el tema en la práctica sigue siendo controlado solo por el Ejército. Por último, es un gesto simbólico para ratificar a la región, ya que la postura de Estados Unidos con Cuba representa un cambio radical con América Latina.
Aciertos y errores en el acercamiento bilateral
Hay debilidades en lo que ha hecho Obama a nivel interno en Estados Unidos, porque está en una posición de desventaja con un Congreso de mayoría opositora. El mandatario no buscó suficiente respaldo antes de iniciar el proceso de acercamiento en la fase secreta, lo que le costó algunos apoyos en Washington que le hubiesen servido para avanzar. Después de eso no hay grandes errores. El presidente fue estratégico al aprovechar el momento de su salida para que tampoco le cobraran el proceso con Cuba, como a lo mejor le habría pasado si lo hubiera hecho a finales del primer período o a principios de esta segunda administración.
La doctrina exterior de Obama
La doctrina Obama entiende que el mundo está en transición, así como que Estados Unidos ya no es la única superpotencia y que tiene que interactuar con otro tipo de socios. Por eso, es evidente en América Latina que mientras Estados Unidos se acerca a Cuba, reitera el decreto hacia Venezuela, cuestiona a algunos otros países, pero ya ha dejado de hablar sobre Bolivia y sobre Ecuador, en la medida en que ellos han tratado de bajar los niveles de tensión.El sistema internacional obliga a que las doctrinas sean flexibles y eso se ve reflejado en la que ha impulsado Obama.
Un artículo reciente del diario El País, también destaca en el presidente una actitud pasiva que ha apaciguado el antiamericanismo y ha aumentado la influencia estadounidense en Latinoamérica.
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El reto de reunirse con la disidencia cubanaEsta sería la muestra de la apertura del régimen cubano. Pone a prueba a La Habana, porque ningún mandatario de los que ha visitado Cuba, aunque cuando se haya reunido con la disidencia, lo ha anunciado públicamente previo al viaje, con el fin de no herir susceptibilidades. Obama está midiendo la respuesta de Cuba y el compromiso en el acercamiento. En caso de que le bloqueen la posibilidad de la reunión, eso evidenciaría que Cuba todavía no ha logrado iniciar la transición, porque la parte de la disidencia es fundamental.
¿Qué podría cambiar luego de la visita de Obama a Cuba?
Lo primero que podría verse en términos de este cambio es que Obama logre reunirse con la disidencia y conocer la reacción de la disidencia. El espaldarazo que le daría a Raúl Castro para continuar con el proceso de transición política y luego económica puede generar grandes cambios y acelerar el proceso de transición o puede ser que se limite a algo muy básico y no tenga el impacto esperado por Washington. No hay posibilidad de un fracaso, aún cuando tenga dificultad para reunirse con la disidencia. Los cambios no se verán en esta administración, sino con el nuevo Congreso después de las elecciones de noviembre.
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El peso del papa Francisco en el proceso
El papa Francisco no se ha dedicado nada más a las cuestiones propias de la Iglesia católica y ha intervenido en otro tipo de asuntos. El Pontífice no solo en este caso ha cumplido una función importante, también ha sido fundamental en las negociaciones de paz entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) a través de Cuba. Y la isla se convirtió en un peón de esa gestión política del Papa en América Latina y fue notorio en la visita a México después de la parada en La Habana.
Cuba y su papel como interlocutor
Con el actual panorama político en América Latina, Cuba ha funcionado como un interlocutor para todos los mandatarios. Un factor importante es que a Cuba por sus políticas en materia religiosa no se le ve como una nación que defiende a la Iglesia católica, más bien conserva cierta legitimidad como interlocutor con todos los países latinoamericanos. Ya en paz con Estados Unidos, también se consolidó como el mediador confiable en la solución del conflicto armado en Colombia y del acercamiento del cristianismo tras el cisma de hace mil años.
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