El nuevo encontronazo entre China y Taiwán, una isla ubicada a 130 kilómetros al sureste chino, en su estrecho más pequeño, sacudió a la comunidad internacional, que continúa consternada por la invasión de Rusia a Ucrania, iniciada el pasado 24 de febrero.
Bajo el mandato de Xi Jinping, la República Popular China se niega completamente a reconocer la autonomía de la República de China —nombre oficial de Taiwán—, a quien ve como una provincia rebelde y no como una república independiente. Una superpotencia tratando de dominar a un territorio en clara desventaja tanto territorial como militar, ¿suena familiar?.
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La tensión entre la isla y su vecina continental se originó tras la separación, específicamente el 1.° de octubre de 1949, cuando el líder comunista Mao Zedong proclamó en Pekín la fundación de la República Popular de China, tras derrotar a los nacionalistas en la guerra civil de cuatro años que estalló tras la Segunda Guerra Mundial.
Fue entonces cuando las tropas nacionalistas del Kuomintang, encabezadas por Chiang Kai-shek, se desplazaron a la zona insular y el 7 de diciembre de 1949 formaron un gobierno, que consideraron como la continuación de la República de China fundada tras la caída del Imperio en 1911. Sin embargo, los conflictos apenas empezaban.
Principal aliado
Tras la separación, muchas naciones occidentales reconocieron a la República China establecida por Chiang como único gobierno legítimo. No obstante, en 1971 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cambió el reconocimiento diplomático a Pekín, es decir, a la República Popular de China.
En la misma línea, pero en 1979, Estados Unidos terminó las relaciones diplomáticas con la isla de gobierno nacionalista y reconoció a Pekín bajo la política de “una sola China”. Es en ese momento cuando China reclamó a Taiwán para que regresara a ser parte de su territorio, explicó a La Nación el analista internacional, Carlos Murillo Zamora.
La posición de Washington y de la mayoría de los países occidentales fue la de aceptar que la isla tiene un tipo de “ambigüedad”, pues posee las características de un Estado independiente, pero su estatus legal es poco claro. Sin embargo, Estados Unidos siguió como el principal aliado de Taiwán y su primer suministrador de material militar, por lo que, a partir de la década de los 70, “se ha producido una serie de confrontaciones porque Estados Unidos garantiza la seguridad y la integridad territorial de Taiwán”, comentó Murillo.
“No hubo mayor problema mientras China no era una superpotencia militar, pero ahora que está en capacidad de realizar eventualmente una operación militar para ocupar Taiwán, las tensiones han venido incrementando”, agregó el analista.
Situación actual
El régimen del mandatario Xi Jinping en la República Popular de China llevó al gigante asiático a convertirse en una superpotencia mundial, pero aún no logra hacerse con la “provincia rebelde” y el hecho de que otras superpotencias reconozcan la autonomía de Taiwán, es una amenaza para el mandatario chino.
“China ya ha pasado de un reclamo para recuperar Taiwán a acciones concretas y el hecho de que no solo Estados Unidos en el discurso apoya a Taiwán, sino que quien preside la Cámara de Representantes [Nancy Pelosi] va a Taiwán —lo cual no ha sucedido en los pasados 25 años— enciende las alarmas del Gobierno chino y ahora amenaza con otro tipo de acciones”, explicó Murillo.
Tras conocer que un alto representante de Estados Unidos tenía intenciones de visitar la isla, China lanzó una serie de advertencias e incluso, Xi Jinping advirtió a su homólogo estadounidense, Joe Biden, de “no jugar con fuego”.
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“Si Estados Unidos persiste en desafiar la línea roja de China” con esta visita a Taiwán, “se enfrentará a fuertes medidas de respuesta y deberá asumir todas las consecuencias”, dijo el portavoz de la diplomacia china, Zhao Lijian, en rueda de prensa, el 27 de julio anterior. Sin embargo, Pelosi tocó suelo taiwanés el 2 de agosto del 2022.
Justo para evitar más reconocimientos internacionales, China “estableció siete zonas en el mar para ejercicios militares de, lo que introduce una variable significativa que no se había utilizado en el pasado”, mencionó Murillo. Estas zonas de exclusión aérea y marítima están alrededor de Taiwán, a 80 kilómetros de sus costas. “Prácticamente constituye un bloqueo de Taiwán, lo que implica que para la aviación comercial tendrán que hacer desvíos de esas zonas de exclusión”, agregó el experto.
China empeñada en no renunciar a la isla
La República Popular China no renunciará fácilmente a la isla de 23 millones de habitantes, por lo que se opone a cualquier iniciativa que otorgue legitimidad internacional a las autoridades taiwanesas y a todo contacto oficial entre Taiwán y otros países. Para Murillo, esta fijación de China puede explicarse en tres elementos:
1. Identidad China: La República Popular de China considera que Taiwán es parte de su territorio, de su pueblo, de su civilización y de su cultura; sin embargo, la mayor parte de la población de Taiwán no se siente china, se siente taiwanesa.
2. Posición geopolítica: El recuperar la isla daría a China una proyección marítima mucho más amplia de la que tiene actualmente.
3. Economía: Taiwán produce los microchips cada vez más pequeños que se utilizan en los celulares y computadoras, algo que ningún otro país logró todavía. Esto es un potencial muy grande que China busca controlar, junto con otras áreas de innovación tecnológica en las que la isla es número uno en el mundo.
¿Qué podemos esperar de este conflicto? ¿Estamos ante una posible guerra?
De acuerdo con Murillo, el escenario de una confrontación militar a gran escala siempre es posible, pero en este momento no está contemplado. “Sin duda las tensiones pueden ir creciendo con el tiempo y llegar a un momento en el que China tenga más poder militar que Estados Unidos y entonces pueda tomar la decisión de invadir valorando un aspecto, aquí entra en juego Ucrania”, dijo el analista internacional.
Murillo explicó que China puede sentirse empoderada luego de ver que, al invadir Ucrania, Rusia no recibió ninguna respuesta militar de otros países. “No respondieron militarmente en Ucrania, yo invado Taiwán y no van a responder militarmente”, diría China según el analista, quien, sin embargo, destacó que lo más probable es que haya una negociación diplomática para bajar las tensiones.
A diferencia de Ucrania, ¿Taiwán sería defendida en caso de una invasión?
Es importante recordar que el 23 de mayo Biden prometió que defendería militarmente a Taiwán si China intenta tomar por la fuerza el control de la isla. “Estamos de acuerdo con la política de una sola China, y hemos firmado por ella (...) pero la idea de que Taiwán deba ser tomada por la fuerza no es apropiada”, comentó el mandatario estadounidense en esa ocasión .
Por su parte, el analista recordó que “Taiwán tiene un ejército mucho más poderoso que el de Ucrania y ahí Estados Unidos sería puesto entre la espada y la pared en el sentido de si cumple su compromiso de responder militarmente”. Asimismo, Murillo aseguró que el país norteamericano no sería la única potencia interesada en defender a la isla.
De acuerdo con Murillo, a la lista también se sumaría Japón y Corea del Sur, porque en caso de invadir la isla, “China se colocaría en un nivel mucho más consolidado en presencia militar en la región y eso afectaría a ambos países”.
Papel de Rusia
“Hay un triángulo entre Rusia, Estados Unidos y China con dos factores activos en este momento, uno es Taiwán y el otro Ucrania. Si China ha apoyado a Rusia en el caso de Ucrania, lo lógico es que Rusia responda en la misma forma en el caso de Taiwán”, aseguró Murillo.
Pese a que el Ejército de China es mucho más poderoso que el de Rusia, Moscú tiene una clara ventaja sobre Pekín: armamento nuclear. No obstante, recalcó el analista internacional, “el factor nuclear es el último que se utiliza y aunque el Ejército chino está muy bien preparado, es un ejército profesional con una alta moral, contrario al Ejército ruso”.