Caracas. AFP y EFE La oposición venezolana convocó este jueves a exigir en las calles un referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, luego de que las autoridades electorales cancelaron una reunión clave para el avance del proceso, en momentos en que crece el malestar popular por la crisis económica.
“Convocamos para el próximo lunes a movilizaciones de masas en todas las capitales del país, para que quien haya firmado solicitando el referendo revocatorio (...) acuda a ratificar su firma, a defender su vocación de cambio”, dijo el vocero de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba
Cancelada. Calificándola como una “situación insólita”, Torrealba, vocero de la opositora MUD, anunció la suspensión de la cita y convocó de urgencia una reunión de la coalición para decidir las acciones que seguirán.
“¿Diálogo es convocar cinco veces a una reunión para que de manera grosera, grotesca, dejar embarcado a los venezolanos?”, se preguntó Torrealba.
“Llamamos al pueblo a la calma, a la serenidad, a estar a la altura de esta situación extremadamente compleja”, declaró Torrealba, en la puerta del CNE.
La MUD esperaba que el Consejo Nacional Electoral (CNE), al que acusa de aliado del Gobierno, le diera el informe de la revisión de 1,8 millones de firmas –nueve veces lo requerido– entregadas hace un mes para pedir activar el referendo.
El CNE debe confirmar si hay como mínimo unas 200.000 firmas válidas para que la oposición siga con el proceso de su validación, con la huella dactilar.
El vicepresidente del Parlamento de mayoría opositora, Enrique Márquez, advirtió de que si el referendo no se hace este año “se elevaría la presión social a límites insospechados”. “Es la única válvula de escape”, afirmó.
Este mismo jueves, policías y militares dispersaron con gases lacrimógenos una protesta contra Maduro, a pocas calles de la sede de la presidencia, en el centro histórico de Caracas.
Gritando: “¡Va a caer, este Gobierno va a caer!” y “Tenemos hambre”, habitantes de barrios cercanos bloquearon una estratégica avenida y calles cercanas, volcando estañones de basura.
“Estoy protestando porque ya estamos cansados de que no se consigan productos, de las colas”, dijo Francis Marcano, estudiante de 21 años, con una piedra en la mano, poco antes de que las fuerzas de seguridad disolvieran la manifestación.
Golpeada por el desplome de los precios del crudo, Venezuela padece una profunda crisis general, con grave escasez de alimentos y medicinas, y una inflación –la más alta del mundo– de 180,9% en el 2015, proyectada por el FMI en 700% para el 2016.
Largas filas, vigiladas por la policía, se forman todos los días en los supermercados para comprar alimentos subsidiados. En varias puntos de Caracas y otras ciudades han ocurrido saqueos y pequeñas protestas en los últimos meses.
“Esto es duro, estamos sobreviviendo (...) A la hora de votar, decidiré”, dijo Virginia Lobos, administradora de 65 años, en el barrio popular de Petare, en el este de Caracas.
La oposición acusa al CNE de hacer todo para evitar que el referendo sea este año, mientras que el gobierno los acusa de fraude y de presentar firmas de 10.000 fallecidos. “¡Abrieron los cementerios!”, dijo jocosamente Maduro.
Si fueran validadas las primeras firmas para la convocatoria del referendo, la oposición deberá todavía reunir otras cuatro millones (20% del padrón electoral).
La oposición está apurada. Si el referendo se hace antes de 2017 –cuando se cumplen cuatro años del mandato– y Maduro lo pierde, se debe llamar a elecciones. Si ocurre el próximo año, sería sustituido por el vicepresidente, nombrado por el gobernante.
Retroceso. Por su parte, Maduro pidió este jueves a los simpatizantes de su gobierno que luchen para mantener “la revolución bolivariana”, al afirmar que una derrota significaría retroceder a la época de la esclavitud.
“No podemos permitir que haya un retroceso de la revolución bolivariana; estamos obligados a avanzar, a luchar (...); una nueva derrota del pueblo significaría siglos de esclavismo”, sostuvo el mandatario durante un acto con comunidades indígenas que se trasladaron a Caracas, transmitido por radio y televisión.
Según la encuestadora Datanálisis, siete de cada diez venezolanos apoya un cambio de gobierno. Para revocar el mandato de Maduro, la oposición necesita más de los 7,5 millones de votos con que fue elegido en el 2013.