El origen de la crisis económica en Venezuela se debe –en buena parte– al férreo sistema cambiario con el que cuenta el país, el cual se implementa desde el 2003 y que modificó el gobierno de Nicolás Maduro.
La nación suramericana tiene tres tasas de cambio oficiales y una más que corresponde a la del mercado negro.
El mandatario venezolano anunció en febrero de este año un nuevo mecanismo de cotización del dólar, con el propósito de “flexibilizar el estricto control de más de una década”.
Sin embargo, estas rigurosas medidas sobre las tasas han reducido en los últimos meses las importaciones, las asignaciones de divisas y han dificultado la obtención de dólares.
“Existen tres tipos de cambio que, lamentablemente, distorsionan a ciencia cierta lo que puede ser la colocación de los precios en un producto para el alcance de los consumidores”, explica Daniel Suchar, analista económico.
Estos son, en detalle, los tipos de cambio de Venezuela:
El dólar oficial a 6,3 bolívares. Es la tasa a la que el Gobierno liquida el 70% de los dólares que capta, principalmente, por las ventas de petróleo. Está limitada a rubros prioritarios, como alimentación y salud.
En más de 11 años de existencia del control de cambio, el bolívar oficial ha sufrido cinco devaluaciones, y ha pasado de 1,6 bolívares por dólar en el 2003 hasta 6,3 bolívares en la actualidad.
El dólar Sicad a 12 bolívares. El Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), fue lanzado en marzo del 2013. Este funciona por medio de subastas semanales para entes privados, y está dirigido a las importaciones no prioritarias y a actividades turísticas.
El Sistema Marginal de Divisas (Simadi) a 172 bolívares, es uno de los más recientes. Fue lanzado en febrero, con el objetivo de “derrotar” el dólar negro.
Este mercado es alimentado por las empresas públicas y privadas y particulares que deseen comprar o vender dólares en casas de cambio, bancos y operadores de bolsa en efectivo, bonos y transferencias.
El dólar negro a 190 bolívares, más de 30 veces el valor del dólar oficial. Su aparición es consecuencia de los estrictos controles del Gobierno y de la desconfianza del venezolano en el bolívar.