Pionyang. Corea del Norte tiene la intención de cortar este martes sus canales de comunicación política y militar con el “enemigo” surcoreano, informó la agencia pública norcoreana KCNA, en un anuncio que los expertos interpretan como un intento de crear una crisis.
Desde la semana pasada, el país comunista ha hecho reproches a su vecino del Sur por el lanzamiento a su territorio de octavillas contra Pionyang por parte de activistas.
Las autoridades norcoreanas han organizado concentraciones a gran escala en todo el país en apoyo de sus amenazas.
El anuncio llega cuando las relaciones entre los dos vecinos están estancadas a pesar de tres cumbres en el 2018 entre el líder norcoreano, Kim Jong Un, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in. Y tres días antes del aniversario de la histórica cumbre entre Kim y el presidente estadounidense, Donald Trump, en Singapur en el 2018.
Corea del Norte puso fin a la mayoría de sus contactos con el Sur después del fracaso de la segunda reunión entre Kim y Trump en febrero del 2019 en Hanói, que ha dejado en un punto muerto las negociaciones sobre el programa nuclear norcoreano.
Según varios analistas, Pionyang no ha tomado ninguna iniciativa sustancial para el abandono de sus programas de armas que le valieron múltiples sanciones impuestas a lo largo de los años por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
"Estamos decepcionados por las recientes decisiones de Corea del Norte", declaró un portavoz del Departamento de Estado, quien agregó que Washington "siempre apoyó el avance de las relaciones intercoreanas".
"Exhortamos a Corea del Norte a retomar el camino de la diplomacia y de la cooperación", agregó, en tanto indicó que Washington se mantiene "en estrecha coordinación" con su aliado, Seúl.
Irritación con el Sur
El país, muy recluido, da rienda suelta a su ira hacia Seúl: en los últimos meses llevó a cabo pruebas militares y provocaciones, como cuando en mayo disparó a un puesto de vigilancia del Sur en la Zona Desmilitarizada (DMZ) que sirve de frontera entre las dos Coreas.
Pionyang “cortará completamente el enlace entre las autoridades del Norte y del Sur”, así como otros canales de comunicación, indicó la KCNA
La decisión la tomó Kim Yo Jong, la influyente hermana de Kim Jong Un, y el vicepresidente del Partido de los Trabajadores (gobernante), Kim Yong Chol, agregó la agencia de prensa.
La semana pasada, la hermana del líder ya amenazó con desechar el acuerdo militar entre los dos países, a no ser que Seúl impida que los militantes envíen octavillas contra Pionyang.
Las llamadas, el martes por la mañana, del Sur al Norte a través de las líneas especiales quedaron sin respuesta, informaron altos funcionarios en Seúl.
El comunicado publicado por KCNA denunció a los disidentes norcoreanos y otros activistas que acostumbran desde hace años a lanzar a través de la frontera globos con folletos que denuncian el balance del régimen comunista en materia de derechos humanos y su política nuclear.
Según Pionyang, las autoridades surcoreanas están en connivencia con “acciones hostiles” llevadas a cabo contra Corea del Norte, “lo que como consecuencia ha llevado las relaciones intercoreanas al desastre”.
"Hemos llegado a la conclusión de que no hay necesidad de sentarnos cara a cara con las autoridades surcoreanas y que no hay nada que discutir con ellas, porque solo han alimentado nuestra consternación", escribió la agencia.
Varios expertos estiman que esta última iniciativa ilustra la estrategia de Pyongyang de aumentar la presión sobre su vecino del sur.
Las dos Coreas siguen técnicamente en guerra desde el armisticio de 1953, que puso fin al conflicto armado entre los dos países.