Río de Janeiro. AFP, EFE y AP. La detención, ayer, del tesorero del partido oficialista en Brasil aumentó la presión sobre el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, muy golpeado por el escándalo de corrupción en la empresa estatal Petrobras.
13%
Popularidad de Dilma Rousseff
24
Donaciones para tesorero del PT
João Vaccari, a cargo de las finanzas del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda), fue arrestado por aceptar sobornos y lavar dinero de Petróleo Brasileiro S. A. (Petrobras).
La captura forzó, horas después, la renuncia del dirigente, informó el propio PT.
“Por asuntos de orden práctico y legal, Joao Vaccari Neto solicitó su separación de la Secretaría de Finanzas y Planificación del PT” , reveló la agrupación en un comunicado en el que, sin embargo, expresó su solidaridad para con el ahora extesorero y su familia.
El mayor partido de izquierda de América Latina calificó la detención de “innecesaria e injustificada” pues, desde el comienzo de las investigaciones –afirmó el PT–, Vaccari siempre estuvo a disposición de las autoridades para ofrecer aclaraciones y acudió a una comisaría cuando fue convocado para interrogatorio.
Vaccari fue detenido en São Paulo ayer miércoles, cuando se aprestaba a realizar su caminata diaria matinal y fue llevado a Curitiba (Paraná, sur), donde el juez Sergio Moro inició un proceso en su contra, vinculado a una inmensa red de corrupción en la estatal petrolera que movilizó más de $4.000 millones en una década, informó la Policía.
El tesorero está acusado de haber actuado como intermediario para que empresas constructoras, que presuntamente pagaban sobornos para ganar contratos de la firma estatal , realizaran a cambio donaciones –ya legales– al partido gobernante.
Vaccari niega tajantemente las acusaciones y asegura que es inocente.
“La prisión preventiva de João Vaccari fue decretada por la necesidad de interrumpir una sucesión de crímenes, así como por la gravedad concreta de los delitos en los que intensamente participó, que involucraron millones de reales”, puntualizó la Fiscalía.
Agregó: “Era necesario asegurarse de que no ejerza influencias políticas que obstaculicen las investigaciones, ya que su cargo fue mantenido incluso después de las acusaciones penales”.
La esposa de Vaccari, Giselda Rousie Lima, investigada por corrupción pasiva y blanco de un mandato judicial para que declare coercitivamente, fue finalmente interrogada en la casa.
Y la cuñada de Vaccari, Marice Correia Lima, investigada por lavado de dinero y corrupción pasiva por la compra y venta sospechosa de un apartamento, es también objeto de un mandato de prisión temporal, dijo la Fiscalía.
Gobierno contra la pared. El arresto de este hombre clave del PT vuelve a poner el foco sobre el gobierno de Rousseff, que no halla respiro desde que asumió su segundo mandato, en enero.
La detención de Vaccari sacudió la esfera política y motivó una reunión de emergencia del partido gobernante, según Sibá Machado, líder del oficialismo en la Cámara de Diputados.
El legislador añadió que cualquier decisión con respecto a Vaccari se tomaría hoy en una reunión de la dirigencia nacional.
La Fiscalía fijó cargos hace un mes contra Vaccari por lavado de dinero y corrupción en la Operación Lavacoches. Lo acusó de recibir 24 donaciones en un periodo de 18 meses por 4,3 millones de reales ($1,3 millones).
En una conferencia de prensa en Curitiba, el fiscal Carlos Fernandes Santos Lima reveló que se hallaron “depósitos no identificados” por más de 300.000 reales (unos $100.000) a lo largo de tres años, en cuentas de parientes de Vaccari.
“Vaccari aparece como el operador representante de un esquema político partidario en Petrobras. Tenemos indicios de que este esquema se repetía en otros organismos” estatales, dijo Lima.
También indicó que Vaccari usaba una imprenta para recibir sobornos de una constructora.
La presidenta Dilma Rousseff, quien encabezó el Consejo de Petrobras durante el periodo en que se entregaron los sobornos, no ha sido implicada.
Según el columnista Gerson Camarotti, podrían surgir nuevas dificultades para la gobernante, cuya popularidad ha descendido y afronta protestas.
“Dentro del Gobierno, el temor es que en momentos en que se había lanzado una ofensiva para blindar a Dilma del escándalo, el arresto del tesorero traiga de vuelta una crisis” , escribió.
Cinco acusados de corrupción en la estatal que colaboran con la Justicia a cambio de una reducción de su pena han señalado que Vaccari era el operador del PT en el esquema de corrupción. Dijeron que recibía sobornos, se reunía clandestinamente con financistas del mercado negro, tenía cuentas bancarias a nombre de familiares y utilizaba sobreprecios pagados por empresas constructoras en contratos de la petrolera para luego girar esos fondos hacia su partido.
El PT rechaza asimismo los cargos contra su tesorero. Vaccari “no participó de ningún esquema para recibir sobornos o recursos de origen ilegal destinados al PT”, alegó la fuerza en marzo.
“Vaccari no ocupaba el cargo de tesorero del PT en el período citado por los fiscales en la acción aceptada por la Justicia, ya que asumió ese puesto en febrero de 2010”, agregó el partido.
El escándalo ha tenido un inmenso costo para la empresa y para el gobierno.
La presidenta ha visto derrumbarse su popularidad al 13% y ya ha enfrentado dos grandes protestas nacionales con cientos de miles de personas en las calles indignadas por la corrupción, muchas de ellas pidiendo un juicio político y su salida del gobierno.