Washington. Los frecuentes ataques contra las fuerzas estadounidenses en Medio Oriente representan un riesgo de arrastrar a Estados Unidos a un conflicto con Irán, incluso cuando Washington busca evitar que la guerra entre Israel y Hamás se desborde en la región, según expertos.
En las últimas dos semanas, las tropas estadounidenses y sus aliados fueron atacadas 14 veces en Irak y 9 veces en Siria, según informó el Pentágono.
Washington acusa a Teherán de participación indirecta en estos ataques, que aumentaron desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamás.
Como respuesta, la semana pasada el ejército estadounidense llevó a cabo ataques en Siria que resultaron en víctimas, apuntando a lugares relacionados con Irán, según el Pentágono.
Esta sigue siendo una respuesta limitada por parte de Estados Unidos, a pesar de su considerable poder militar, ya que busca evitar un conflicto regional.
“Nos preocupa que los miembros de la red de amenaza iraní intensifiquen sus ataques de tal manera que corran el riesgo de cometer errores de cálculo o lleven a la región a una guerra”, expresó el lunes un alto funcionario del Ministerio de Defensa estadounidense.
‘Reacción’
“En una guerra regional, todos salen perdiendo. Por lo tanto, estamos trabajando con nuestros socios y aliados, a través de comunicaciones telefónicas, y fortaleciendo nuestra postura para expresar claramente nuestro deseo de evitar un conflicto regional”, declaró.
Según Estados Unidos, los ataques a sus tropas no están relacionados con el conflicto entre Israel y Hamás, que se desató debido a la sangrienta ofensiva del movimiento islamista palestino el 7 de octubre, que causó más de 1.400 muertos en Israel.
Sin embargo, Irán declaró el lunes que los ataques contra las fuerzas estadounidenses fueron “una respuesta” a la ayuda estadounidense a Israel, cuyo bombardeo de represalia en la Franja de Gaza causó la muerte de más de 8.300 personas, según el Ministerio de Salud de Hamás.
Washington mantiene aproximadamente 900 soldados en Siria y cerca de 2.500 en Irak que están combatiendo a la organización yihadista Estado Islámico.
Hasta ahora, el número de víctimas debido a los recientes ataques contra estadounidenses se limitó a 21 soldados con heridas leves. También se registró un fallecimiento debido a un ataque al corazón mientras se refugiaba por una falsa alarma. No obstante, la situación podría empeorar.
LEA MÁS: Estados Unidos refuerza su presencia en Medio Oriente y advierte contra una ‘escalada’ regional
Riesgo de escalada
“Existe un riesgo significativo de escalada entre Estados Unidos e Irán debido a un desbordamiento de la guerra entre Israel y Hamás”, ya sea por iniciativa de Teherán o por grupos aliados que decidan actuar por su cuenta, afirmó Jeffrey Martini, un experto en defensa del centro de investigación RAND.
Hasta el inicio de la guerra entre Israel y Hamás, Washington estableció una suerte de “acuerdo informal con Irán destinado a reducir las tensiones regionales”. Este acuerdo puso fin a los ataques de grupos vinculados a Teherán en Irak y Siria contra las tropas estadounidenses, según el investigador.
Sin embargo, la diferencia con las oleadas de ataques perpetrados por estos grupos en el pasado es que ahora “todos los grupos aliados a Irán parecen actuar al mismo tiempo”, destacó Jon Alterman, especialista en la región del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. Esto aumenta “la probabilidad de que algo salga mal”, añadió.
A pesar de que Estados Unidos repite su deseo de evitar que el conflicto entre Israel y Hamás se propague, al mismo tiempo fortaleció su presencia militar en la región como parte de su estrategia de disuasión.
“Washington está intentando mantener la moderación mientras demuestra que no está obligado a hacerlo”, afirmó Alterman.
“El desafío, desde la perspectiva estadounidense, radica en que si nunca se inflige daño, el oponente puede dudar de la voluntad, pero si se inflige daño, existe el riesgo de quedar atrapado en una espiral”, concluyó.